37. LA ESCRITORA (Yolanda Nava)
Siempre deseó ser escritora. Llenar páginas y páginas con sus historias. Tendría que disponer de mucho tiempo para plasmar las andanzas de los numerosos personajes que bullían en su imaginación. Había empalagosas princesas. Aguerridos guerreros. Madres llenas de ternura. Viejos cargados de nostalgia. Ardientes amantes. Perturbados y mafiosos. Todos le urgían, atrincherados en las yemas de sus dedos, a ser los primeros en ver tecleadas sus andanzas. A veces la sorprendían en el mercado o en mitad de una importante reunión, con su última aventura; o le robaban horas de sueño empecinados en susurrarle versos de perfecta rima. Pero había uno de aspecto melancólico, que nada le pedía. Rodeado de libros e inmerso en la lectura, parecía diferente a todos los demás. Seducida por su misterio fue en su busca. Un escritor anónimo ha alcanzado el éxito narrando por fascículos, la apasionante historia de amor que un personaje de ficción y una joven real disfrutan. Dice haberlos hallado atrincherados al final de una fila de locos, héroes y heroínas.
Me gusta mucho como has mezclado realidad y fantasía. No se distingue dónde empieza una y acaba la otra. Una historia muy bonita. Te deseo mucha suerte Yolanda. 🙂
¿Dónde está esa «fila de locos, héroes y heroínas»?, lo digo por apuntarme. Se me ocurren muchos personajes con los que me gustaría haber interactuado.
Has plasmado con gran habilidad la conexión de dos mundos, la ficción invadiendo las compras en el mercado y las aburridas reuniones y, sobre todo, una hermosa historia de amor.
Suerte y un saludo.
Buena muestra de metaficción.
Gracias amigos, por dejar vuestra opinión.
Muchos escritores antes de la fama narran en fascículos sus historias. Bonito relato de los del final de la fila.
Felicitaciones.
Bien, Yolanda, que un escritor se enamore de un personaje no es conveniente casi nunca, pero claro, al revés no se puede evitar. Suerte a fin de mes (solo, no en medio, jope)