SEP75. SI PUDIERAN VOLVER, de Maribel Martínez Montoro (Yashira)
Casi estamos solos, se han marchado todos. En poco tiempo se marchó mi padre, mi madrina, mi tío y mi tía. Ya antes había marchado mi abuela, fue la primera casa vacía, pero pronto tuvo vida, mi primo la llenó de pájaros. Esta noche, al pasear bajo la luna, respiro la soledad; recuerdo las largas tardes bajo la higuera, la gran higuera de la familia, mis tíos hacían ramilletes de perejil mientras nosotros correteábamos y mi abuela renegaba porque pisábamos el barro y lo metíamos en casa.
Tiempos que no volverán, el pasado no regresa. Regresan los pájaros, las hojas nuevas, las lluvias, pero ellos no. Les añoro, añoro la época en la que el sol era brillante en la huerta. Hacíamos hogueras, juegos, había maíz y cebada, grandes campos de cebada con los que, al llegar agosto, hacíamos castillos, las alpacas de paja se convertían en torreones y los saltamontes invadían nuestros dominios. Ahora miro alrededor, desolación, las ventanas cerradas, la tierra abandonada, la tristeza incrustada en cada terrón, hasta en la vieja palmera se nota el peso de la nostalgia.
La última palabra es el resumen perfecto. Este relato es un ejercicio de nostalgia. A mi me la despierta. Suerte.
Gracias Arantza, tienes toda la razón, esa palabra resume todo.
Has narrado muy bien la nostalgia no solo por un lugar, sino por una época en la que se nota que a tu protagonista le duela la añoranza, y consigues que a nosotros también nos duela esa tristeza.
Si me lo permites, un apunte: el término correcto para los fardos de paja es «paca», no «alpaca», si la RAE no lo ha cambiado recientemente. Lo conozco porque soy de Tierra de Campos y tuve un profesor que nos machacó con el tema hasta aburrinos. El término alpaca no sé por qué está muy extendido y es muy utilizado para referirse a eso precisamente, aunque con ese significado al parecer es incorrecto. Creo. Espero no haber metido la pata.
Saludos y suerte.
Gracias Rafa, no has metido la pata para nada. No lo sabía, en mi tierra siempre se ha dicho así y así lo he utilizado, pero me alegra saber que hay una forma más correcta de nombrarlo, lo bueno es que creo que todo el mundo lo ha entendido.
Saludos.
Me gusta este ágil relato en el que el ritmo lo marca el asíndeton, Maribel. Has logrado dar vida a esa casa construida a la sombra de la higuera familiar. Espero que alguien vuelva a habitarla.
Saludos y suerte.
Me alegra que te haya gustado Ricardo, también a mi me gustaría que se volviesen a habitar esas casas, pero ya nunca será igual porque sus moradores siempre serán distintos.
Gracias y saludos.
Yashira,qué relato. Recuerdo cuando tenía 10 años (casi hace medio siglo) como jugábamos en los campos de nuestro barrio. Nos subíamos en las higueras y nos forrábamos de higos. Qué años más entrañables. Ahora caminas por mi barrio en Atenas y no hay más que asfalto y casas. Me has vuelto en mi época de juventud. Precioso relato te deseo mucha suerte, Sotirios.
Qué bonito lo que me dices, me gusta haberte llevado de regreso a esa época tan entrañable para ti. Da tristeza ver cómo todo lo que fué importante desaparece, claro, es inevitable, pero duele.
Gracias Sotirios. Saludos.
Mientras lo sigas recordando, no se irán nunca.
Yashira, escribas lo que escribas, siempre haces poesía, es tu sello.
Precioso.
Te deseo mucha suerte
Un abrazo amiga
Gracias Rosy, no sé si siempre es bueno hacer poesía, pero tus palabras las tomo como un halago.
Abrazos también para ti.
Excelente relato, retrata la soledad de los pueblos cada vez más vacíos, (o eso me ha sugerido a mí, en el mío cada vez hay más casas vacías y menos gente, sólo en el verano vuelve el bullicio.
Me ha encantado tu forma tan poética de reflejarlo.
Un beso.
Te ha sugerido lo mismo que a mí, ese abandono de lo que antes era vida y ahora se despierta cada día casi muerto.
Me entristece esa imagen de abandono.
Gracias Yolanda. Besos.
Muy bonito tu relato, me transportas con tus descripciones a una infancia que parece ya tan lejana y perdida que solo quedan recuerdos de ella. Mucha suerte, un saludo.
Los recuerdos son lo que nos queda Ana, gracias a ellos esa época sigue viviendo, aunque sea en la memoria.
Gracias por tus palabras. Saludos.
Muy bonito tu relato, me transportas con tus descripciones a una infancia que parece ya tan lejana y perdida que solo quedan recuerdos de ella. Mucha suerte, un saludo.
Precioso y nostálgico relato.
Me alegra que te haya gustado. Saludos.
Maribel muy bonito y evocador, siempre recordamos con dulzura los tiempos pasados, creo que el paso de los años pone un velo que hace que todo lo pasado nos parezca mejor.
Felicidades.
Gracias Asun. Es verdad que con el paso del tiempo tendemos a endulzar los recuerdos, aunque algunos no se dejen. Pero aquí creo que tiene más peso la pena por el abandono que los recuerdos en sí.
Saludos.
Las ausencias dejan tanto vacío. Ese sentimiento lo comparto.Bello relato.
Suerte y recibe mi saludo.
Ya lo creo Anna, las ausencias dejan un vacío que nada ni nadie puede llenar, quizás podamos entretenerlo con otras cosas, pero nunca llenarlo otra vez.
Gracias por tus palabras. Saludos.
Un relato con unas descripciones muy logradas que nos transmiten perfectamente la añoranza por los tiempos felices y el hueco irrellenable que dejan los que se van. Supongo que la mayoría de las familias han vivido algo parecido, por eso resulta tan cercano al lector. Besos y suerte.
Es verdad Ana, todos hemos visto cómo nuestros seres queridos se iban marchando y con ellos el irremediable cambio del paisaje, sobre todo en los lugares pequeños se nota mucho más.
Gracias, un fuerte abrazo para ti.
Yashira, su cercania y realismo atrapa desde el principio. Sus evocaciones son las que todos sentimos por algo o alguien. Muy fluido y pleno de imagenes. Suerte y saludos
Es bastante real, la muerte de mi tía hace unas semanas me llevó a necesitar escribir esas emociones y bueno, algo así salió, coincidió con este mes y este tema. Por ello pensé que era la participación perfecta. Aunque, en principio no nació como un relato para este concurso.
Gracias Calamanda. Saludos.
Yashira, pintaste un cuadro donde reinaba la alegría, el paso del tiempo le fue quitando color, dando paso a la nostalgia. Hermoso y sentido.
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias, qué bien describes la decoloración que el tiempo le da al paisaje y a las emociones.
Abrazos.
Recuerdos gratos, llenos de melancolía y de tristeza al mismo tiempo.La infancia es eso:recuerdos.
Un abrazo
Suerte yashira.
Rosa.
Es cierto, de nuestra infancia sólo quedan recuerdos, bueno espero que aún tengamos a buen recaudo en algún rinconcito al niño que fuimos. La mezcla de emociones es inevitable.
Gracias Rosa. Abrazos.
Algunos ni eso.
Me quedo con la última frase, es muy buena referencia para empezar un «algo» ¡Quédate con ella! y viste las páginas de veranos.
Beso
Algo así haré, el verano para mí es vida, el invierno no tanto.
Besos Ramón.
La nostalgia siempre nos alcanza, y siempre añoramos a los que no están…
Suerte mi querida Maribel!!!
Besos desde el aire
No se puede evitar, son emociones que están y estarán en nosotros.
Abrazos hasta tu aire y gracias por tus palabras.
La nostalgia es mala compañera, seguro que si volvieran otros tiempos ya no serìa lo mismo.
un abrazo
fus
Puede que tengas razón fus, porque nada podría volver a ser como fué. Aunque la nostalgia no sea buena compañera ¿Cómo evitarla en determinados momentos o situaciones?
Abrazos también para ti.
Este relato soy yo en estado puro.
Como si me hubieras radiografiado.
Me refiero a mi forma de ver la vida.
Besos.
Entonces te veo envuelto en la nostalgia Toro.
Besos y gracias por pasar y comentar.
Se nota que has escrito tu relato bajo la influencia de la perdida de un ser querido. Todo rezume tristeza, y añoranza de una época dorada donde te gustaría volver…pero cuidadito, Yashira, no te recrees mucho en el pasado, duele demasiado…mira hacia delante y disfruta de lo que tienes ahora a tu alrededor.
Un fuerte abrazo.
Gracias Amèlie, es algo que no olvido, sé que hay que mirar siempre hacia adelante, annque sea inevitable, de vez en cuando, echar la vista atras.
Abrazos también para ti.
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Si me lo permites, usando una de tus frases «el pasado no regresa» yo diría que «el pasado nunca se va» vive siempre entre nosotros en forma de nostalgia, muy bien retratada en tu relato.
Un abrazo,
Tienes razón Esperanza el pasado vive en nosotros y es ahí donde se mantiene, mientras recordamos, algo está vivo todavía.
Abrazos.
Bonito Yashira, en tu línea, superándote en septiembre, vuelves con más fuerza y más luz en tus textos.
Es bonito y me encantan los contraste como laa frases:
«mi primo la llenó de pájaros» que rompe el ritmo nostálgico, y da un compás diferente, «ramilletes de perejil», «saltamontes invadiendo».
Buen resultado final al manejar estos claroscuros.
Suerte con tu relato.
Gracias Montesinos. Tus palabras alientan, no sé si vuelvo con más fuerza, con más nostalgia es indiscutible.
Un placer leerte y recibir tus comentarios.
Un relato precioso que da gusto leer.
Abrazos.
Gracias María, abrazos también para ti.
Creo que su relato describe la experiencia de algunos de nosotros. A mí me ha llevado a la que era casa de mis abuelos, en la que pasé gratos momentos, pero una carretera hizo que despareciera. Bonito relato, me ha gustado. ¡Suerte!
Saludos.
Te lo leí en tu blog y te digo lo mismo que te dije allí: un micro que rebosa nostalgia, Maribel.
Me viene ahora a la cabeza, a raíz de tu micro, esos versos de Juan Ramón Jiménez: «Y yo me iré y seguirán los pájaros cantando…».
Un beso.
Yashira, texto sobre tiempos que no volverán, añoranzas y la vida que continúa. Envejecer es triste y hermoso. Qué contenta se va a poner tu nieta cuando lea tus escritos. Suerte.
Es evocador, nostálgico y lleno de ternura. Los recuerdos vuelven y nos hacen vivir un tiempo pasado que ya no volverá pero viven dentro de nosotros .
Un cálido abrazo