SEP56. ME LLAMO TOMÁS…, de Rosa Mª iglesias Yañez
Y llevo tantos días sin beber que la sangre que corre por mis venas, ya es roja.
Al principio, pensé que esto era una tontería, pero ahora creo en este grupo y veo en los ojos que me miran comprensión y empatía.
Confieso que no me resulta nada fácil levantarme y no llevarme un trago a la boca, no puedo decir todavía que no pienso en beber, porque estaría mintiendo, lo que necesito es salir de este hoyo en el que me hundo sin remisión.
Mis hijo quieren que me cure y por ellos daría mi vida. No puedo decir lo mismo de mi querida esposa, hace dos días me pidió el divorcio y desapareció dejándome solo. No se lo reprocho, me lo merezco.
Deseo con todas mis fuerzas, seguir para adelante, por no destruir más lo que me rodea y a los que me quieren.
Le he dado muchas vueltas a esto y he llegado a la conclusión de que quiero volver la semana que viene y la otra y la otra así hasta que me cure, hasta que pueda vivir sin la horrible obsesión de querer beber.
Una vuelta que se hace necesaria para abandonar un hábito destructivo.
Suerte y recibe mi saludo.