70.MAL DEL ALMA
Antes de la llamada de la vecina, a la que todos los otoños robábamos las manzanas, antes del primer ring, un olor a tomillo y romero entro por la ventana del apartamento. Descolgué con el corazón acelerado pensando que por una vez era mi padre el que llamaba y eso no era bueno, porque odiaba cualquier tipo de comunicación. No era él pero si eran malas noticias, llevaba dos días desaparecido, lo habían buscado por toda la sierra y nada.
Limpiamos la zona durante un mes, hasta que la vecina me sacó de mi búsqueda desesperada y me dijo que seguramente mi madre lo había llamado. Y eso fue lo que me hizo ir hacia el libro de recetas de mi madre, entre estas páginas que me habían curado mil catarros y desamores, encontré una nota con la letra de mamá: “Mi amor, si necesitas usar el remedio al mal del alma no lo hagas, ya es hora de encontrarnos, sube a la sierra, a lo más alto, cruza el camino del tuerto, llega al roble hueco y espérame dentro”.
Llamé a los vecinos y allí dentro, acurrucado, encontramos a mi padre.
Muy bonita historia, me encanta cuando dices» me habían curado mil catarro y desamores» esas recetas que las madres tienen para todos los males son algo importante. El se fue en busca de ella al lugar que estaba seguro que la iba a encontrar.
Un saludo .
Eider precioso relato. Y la receta para el Mal del Alma, infalible. Me ha gustado. Suerte.
Mal de alma… que concepto tan triste pero tan cercano para tanta gente a día de hoy. Me alegra que al final decidieras encontrarlo. Mucha suerte 🙂
Ya podrías pasar la receta esa que cura catarros y la del mal del alma, por si algún día hace falta. Preciosa imagen aunque triste historia.
Suerte y saludos,
Precioso y triste relato.
Y es que a veces no es fácil vivir sin la presencia de la persona amada.
Un abrazo sincero y muchísima suerte.