79.Ubi Sunt
En el año 2116 se decretó mundialmente la muerte de los libros y se prohibió la fabricación de cualquier dispositivo de lectura. Se abolió el día del libro y se estableció una ley que penaba al que incurriese en el grave delito de leer. La podredumbre moral nos derrotaba por fin y el ser humano dejaba de soñar e imaginar.
Cuando la mañana señalada Alonso hubo de dirigirse a la Plaza de La Verdad para deshacerse del único libro que le quedaba y arrojarlo como cada ciudadano a la Pira de la Purificación, no pudo dejar de llorar aunque se aseguró de hacerlo solo interiormente. Ni deseaba recibir una descarga de las pinzas anti-sentimiento ni que aquella brutal Policía de la Rectitud vislumbrara su debilidad.
Con las llamas reflejándose en sus ojos apagados y sus mejillas arrebolándose por el calor y el crimen que sentía cometer, dio de comer el libro al fuego. Las palabras del Salvaje resonaron como una plegaria de despedida en su cabeza:
«Pero yo no quiero la comodidad. Yo quiero a Dios, quiero la poesía, quiero el verdadero riesgo, quiero la libertad, quiero la bondad. Quiero el pecado.»
Félix, sin los libros los sentimientos están estacionados, sin su medio de transporte. Me ha gustado mucho el relato y el homenaje que le haces a Huxley y su Mundo feliz. Abrazos.
Una apuesta que seguro que no deja a nadie indiferente. Mucha suerte 🙂
Gracias Juan Antonio. La verdad es que si pensamos seriamente hacia dónde va la cultura humana uno no sabe lo que nos deparará el futuro.
Un saludo
Espero que ese decreto del año 2116 nunca se concrete, que quede solo en la ficción. Me encantó este Ubi Sunt que hace intertextualidad con el MUNDO FELIZ de Aldous Huxley.
Felicitaciones y mucha suerte,
Mariángeles
Yo también lo espero, Mari Ángeles. Me alegro de que te haya gustado el micro y la referencia a “Un mundo feliz”.
Gracias por pasarte y un saludo
Gracias Salvador. Estoy totalmente de acuerdo que sin libros los sentimientos no tienen su cauce para poder ser expresados. Me alegro de que te hayan gustado ambas cosas: el micro y el homenaje a Huxley.
Un saludo
Qué miedo Felix. Ojalá que no sea premonitorio tu relato. Excelente relato por cierto. Un abrazo
Esperemos que no, ja ja. Gracias por el comentario y me alegro de que te haya gustado.
Un saludo
Pues no me extrañaría que se cumpliese. Los de siempre nos quieren incultos y para eso lo mejor es prohibir la lectura y quemar los libros, ejemplos históricos hay a montones. Me ha gustado mucho ir descubriendo las referencias literarias: «Fahrenheit 451», el Quijote, «1984», «Un mundo feliz» y no sé si alguno más que no conozco. Me ha gustado mucho. Suerte y besos.
Me alegro mucho de que te haya gustado, Ana. Es verdad que los que mandan prefieren la incultura pues así es más fácil manejarnos a su antojo. Muy bien descubiertas las referencias literarias del micro, excepto la de Fahrenheit 451. Si hay algo que te la recordó no era mi intención, je je.
Gracias por el comentario y un saludo
A mi me ha recordado a Farenheit 451, por la prohibición y quema de libros. Allí se los aprendían de memoria para evitar su desaparición. Habrá que ir pensando como lo hacemos nosotros.
Suerte y saludos
Gracias por pasarte y comentar, Anna. Mira, Farenheit 451 es un libro que tengo pendiente así que me lo apunto porque esa idea de un holocausto cultural siempre me ha fascinado, como en los libros de Orwel, Huxley o de K. Dick.
Un saludo
Totalmente de acuerdo, Ana. El poso que deja es de una tristeza absoluta. En cuanto a la frase final…Qué se puede decir…El salvaje resume estupendamente en qué consiste la condición humana.
Un saludo