92. El túnel, por Javier Ximens
En la cárcel de la Isla Rikers, Nueva York, a modo de tortura psicológica —eso se cree el alcaide, que ha clausurado la biblioteca—, todos los lunes entregan a los reclusos las hojas de una novela rosa, una hoja a cada uno, salteadas y con la numeración amputada. Durante las horas de paseo, en los comedores e incluso mediante susurros nocturnos entre celdas, los presos hablan entre ellos, se cruzan información, indagan el tiempo cronológico, establecen la aparición de los personajes, aúnan los escenarios comunes y secuencian los conflictos. En los recuentos se colocan en el orden de la trama que van desentrañando.
Lo que desconoce el alcaide es que para los penados es como estar cavando un túnel pues todos los finales que construyen les llevan a la libertad.
Poesía dentro del mundo carcelario. ¿Y por qué no podría ser así?
Mucha suerte, Ximens.
¡Muy original!
El rosa, por lo que sugiere, tira mucho; aquí y en Manhattan. Les imagino imaginando tras los barrotes siempre verticales. Me ha gustado tu cuento. Suerte este mes.
Me gusta mucho el relato y la forma de contarlo.
Felicidades.
Javier, interesante punto de vista con moraleja final; si, los libros dan alas. Suerte y saludos
Me gusta la originalidad de la trama, el título y la conclusión, o sea, todo. Suerte y besos.
Me uno a los que les ha encantado El Túnel. Y como sé -porque me lo dijiste- que te gustan más las críticas que los halagos, y como te he cedido gustoso el «el pico» del título del libro, aunque lo reivindiqué públicamente en Santander, te digo: ¿no sobra la última «n» de tu relato». (¡Susana, ven rauda!).
En cualquier caso, espléndido.
Un abrazo, Javier.
Yo diría que no sobra nada.
Pues puede que tengáis razón. Corrijo y aprendo. Sorry.
A mí me chirría ese «Orleands», pero puede tratarse de un nombre inventado, por qué no.
Que buena idea, ja ja, ¿para castigar? Estaba iletrado el alcalde. Me parece estupenda para un taller de lectura con el objetivo de promoverla, etc. Todavía no se cómo pero con tu permiso, usare la técnica para otros temas, incluso para el curro. Aparte, como siempre, me ha encantado como lo has narrado. ¡Que todos los finales nos lleven a la libertad!
Señor Ximnes, me parece muy original… destila cierto toque de surrealismo mágico de ese que casi no se percibe pero está, y gusta. Enhorabuena. Mucha suerte 🙂
Este alcaide, sin proponérselo, ha descubierto un método diferente para rehabilitar a los presos. Ellos, con la lectura, podrán ser libres. Un relato con mucha imaginación, contendor fuerte para el podio. ¡Suerte!
Saludos.
Lo de Rikers me ha traido a la mente una serie que me encantaba, Ley y Orden, Unidad de Víctimas Especiales. A todos los malos los encarcelaban en esa prisión. Pero dudo que los pusieran a leer o recomponer libros. Que también podría ser una muy buena terapia.
Enhorabuena.
Mucha suerte.
Una historia llena de poesía y narrada de forma excelente. La lectura como símbolo de libertad. El título está muy bien escogido; evocador de pelis de fugas carcelarias.
Sabiendo que, tanto como los elogios, agradeces las sugerencias, me he quedado con la duda de si el final hubiera funcionado igual sin aludir de nuevo al túnel, dejándolo simplemente en «lo que desconoce el alcaide es que todos los finales que construyen les llevan a la libertad».
En cualquier caso, me ha gustado mucho Javier.
Suerte y abrazos
Muchas gracias, tienes razón.
Es cierto, o imaginación, cualquiera de ambas posibilidades es buena.
Suerte
Hola, Ximens.
Es un micro muy evocador de los mundos a los que puede hacerte volar la lectura, aunque estés tras unas rejas. Creo que el título es esencial en el relato pues supone la apertura a la libertad, como lo hace un buen libro. Y el final también está muy acertado, aunque yo no hubiera repetido «tunel».
Buen texto, amigo Ximens, buen texto.
Peeero hay algo que no es del todo correcto y puesto que la isla de Rikers existe en Nueva Orleans, creo que deberías quitarle la «n», porque como dicen por ahi arriba chirría.
Un beso muy grande y mucha suerte.
Towi, creo que lo que sobra es la d de Orleands, la n del final no.
Es la «d» de Orleands lo que sobra.
Cierto, Tow. Gracias.
Existe, pero en Nueva York. 😉
El error viene de que tomé el nombre de la prisión de este enlace:
http://sobrelistas.blogspot.com.es/2011/03/las-carceles-mas-peligrosas.html
Donde se dice que la cárcel está en Isla Rikers (New Orleands, Estados Unidos.
Después de buscar llego a la conclusión de que tiene razón Fernando, está en Nueva York.
Muchas gracias.
Que me he equivocado, Ana, es la «d», quería decir la «d».
Xavier, qué buena idea la de ese arcaide. Me ha gustado tu historia.
Un abrazo
Tontolaba de alcaide. Estupendo relato.
Abrazo.
Ese alcaide ha conseguido lo que ninguno más había logrado antes: Unir a los presos bajo una misma disciplina, quizá era éste su propósito desde el principio, además de mantenerlos entretenidos y rehabilitarlos intelectualmente.
Consigan o no ver pronto la luz de la calle, en grupo o en masa, está claro que la lectura, aunque sea de una novela rosa, les hará más libres.
No sé si debo disculparme por no unirme al juego de la crítica, me parece un relato muy estimable, realmente redondo, con eso me quedo.
Un saludo
Leo este excelente microrrelato y parafraseando conocidos refranes, podría decirse que muchos pares de ojos leen más que dos, y que la necesidad tiene cara de hereje, porque les da a los presos el ingenio para burlar la bajeza del alcaide, que pretendiendo torturarlos no advierte que les está dando la mismísima llave que los saca de prisión.
Sencillamente, me ha encantado, Ximens.
Cariños,
Mariángeles
PD: En particular, este micro tuyo me recordó la peli «Sueños de libertad» (el título del original en inglés es «The Shawshank Redemption»).
Un relato redondo, de principio a fin. La voz narrativa es perfecta, la idea muy original y el desarrollo muestra un pulso narrativo que para mí lo quisiera. De libro.
Saludos.
Ximens, el alcaide les ha puesto en bandeja mejorar la relación del grupo y la libertad de la imaginación. Muy original. Abrazos.
Hola Ximens, un relato muy original, no creo yo que ninguna prisión adopte ese método para entretener a los presos. Pero a mi me ha parecido muy buena idea. Quizá en vez de novelas rosas, habría otras más apropiadas, pero me gusta muchísimo este argumento.
Felicidades.
Besitos
Cierro los ojos y no puedo evitar ver a Morgan Freeman y a Tim Robins.
Y al soplapollas del alcaide…
Ximens, te importaría explicarme que tipo de enlace mental, que conexión neuronal te gastas para, desde el tema planteado este mes, acabar en una cárcel?
Juro que flipo con tu imaginación.
Yo no sé si es el viento de los Montes de Toledo, pero quiero una ración de eso…
Lo siento. No te puedo dar caña.
Tu relato me ha gustado, así que te aguantas.
A ver si el próximo mes hay más suerte y te pongo las pilas…
Un abrazo sincero.
Muy original y como siempre muy bien narrado.
Saludos
Puñetero el alcalde, que pretende también encarcelar sus mentes.
Bien reflejado, si es eso lo que pretendías.
Un abrazo.
Otra forma de tejer historias, de alimentar la llama de la imaginación con ese castigo que abre la compuerta del túnel, Excelente micro y buen título.
Redondo, redondo, Javier. Dice mucho en tan pocas palabras. Con su punto de extrañeza pero que convence y es fácil ver a esos presos organizándose para leer. Y lo mejor ese final, no tiene desperdicio, desde el título y todo el texto.
Mucha suerte para este mes
Besitos
Muy original amigo, es casi un canto a la vida.
Un gran abrazo.
Señor Ximens. A petición suya, mi relato es el número 4. En cualquier caso, ya estuvo usted por allí. Agradezco su interés en este humilde servidor. Un saludo 🙂
Me ha gustado cómo los presos se sienten libres viajando con su imaginación, cosa que no pueden hacer por su propios pies. Es muy hermosa la idea y ojalá en las cárceles el ambiente sea parecido a lo que nos cuentas. Yo, que me he visto la serie entera de Prison Break y algún reportaje de Callejeros sobre cárceles, me quedo con tu apuesta , Ximens.
¿Lo ves? ¿ Ves como no andas falto de imaginación? Para una peli. O una serie de pellis . Los imagino,, de verdad que sí. Me ha gustado Ximens.
Me encantan los relatos de cárceles, y en este caso sorprende por la relación con el tema mensual. Muy bien traído, que dicen en mi pueblo. La novela rosa que conduce a la libertad.
Un abrazo microlunático
¿Es posible idear una forma de evadirse mejor que la que has urdido? No lo creo, ni aunque permanezcas en libertad.
Suerte y saludos.
Encantadora escena de libertad. Veo que no dejas se flirtear con el pódium, con esa imaginación. Me gusta tu apuesta. Suerte y un abrazo.
Enhorabuena por esa mención. El relato lo merece, sin duda. 🙂
Enhorabuena por la mención.
Un saludo
No lo había leído, Sr. Ximens. Felicidades, por la mención y porque es un estupendo. Me encanta que la ficción venza a la realidad. Y me parece muy difícil trabajarlo y que quede bien.
Un abrazo. Y no vemos YA.
Felicidades por la mención Javier. Me alegro muchísimo y he disfrutado un montón volviendo a leerte.
Un abrazo
Curioso tu acercamiento al tema del mes. Logras destacar como la lectura aunque sea fragmentaría pueda acercar a la idea de las libertad. Redondo.Gloria