SEP24. LA CARTA, de Salvador Esteve
Una làgrima surcaba la mejilla de Lucrecia, sorteando caprichosamente rugosidades de maquillaje, saltando por la comisura de sus labios sobre la fria acera. Por cuarta vez leia la carta de sus padres, en ella le decian los orgullosos que estaban y le daban las gracias por el dinero que les mandaba todos los meses. En un principio sus padres fueron reacios a que abandonara el pueblo para irse a la ciudad a cientos de kilometros. Con el tiempo se fueron haciendo a la idea. Les había contado que trabajaba como dependienta en unos grandes almacenes y que, de vez en cuando, actuaba en pequeños papeles en obras de teatro, su gran sueño era ser actriz. Un automovil frenó bruscamente al lado de Lucrecia y le hizo una señal. Lucrecia guardó la carta en el bolso, secó sus làgrimas, forzo el contoneo de sus caderas y con paso tranquilo se dirigio al coche, mañana seguro que sí, esta vez sí, se plantearia volver.
Hola Salvador, me gusta, un texto con textículos, directo al alma, escrito con sencillez para una lectura fácil y rápida y contundente.
Duro y con conciencia.
Me gusta, enhorabuena y suerte
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Salvador, tu relato fluido y con fuerza lleva a repasar muchas realidades. Suerte y saludos
Me ha gustado esta narración. Frecuente en su contenido lleno de realismo. El sueño de muchachas jóvenes que aspiran a una vida mejor.
Suerte y recibe mi saludo
Una historia por desgracia muy real. Me imagino sobre todo el dolor de la chica al identificar esa letra tan familiar y reconocer las frases coloquiales de la carta.
Un abrazo.
Gracias por los comentarios. Un abrazo