117. Listas de la compra (Juanjo Montoliu)
Pensando un poco, la última vez que abrimos la caja fuerte fue cuando murió papá y dejamos dentro la alianza y el reloj de oro. Mamá, recuerda, siempre conservaba notas manuscritas entre las páginas de los libros. La lista de la compra la guardaba dentro del último que estaba leyendo, por ejemplo. Seguramente dejó la clave en el interior de algún ejemplar de la biblioteca, le digo a mi hermano, mientras él recorre con la vista las largas hileras de baldas del salón comedor y se encoge de hombros.
Todo lo tengo que hacer yo, pienso, así que busco una escalera y organizo el operativo. Voy sacando, uno a uno, cada libro y él los agita. Casi todos tienen listas de la compra por terminar, muy parecidas entre ellas. La mayoría de los productos anotados todavía ocupan un sitio en la alacena. Madre era despistada y por eso lo anotaba todo. Por eso procuraba mantener las mismas rutinas.
Casi hemos terminado de vaciar la biblioteca. Caen los últimos papeles, con nombres de alimentos y productos de limpieza. Ningún número mágico. En la mesa sigue el testamento de mis padres, de hojas amarillentas, que no nos hemos molestado en leer.
Me ha parecido un relato duro. De los que te dejan pensando. De los que vuelves a leer para comprobar que es verdad y que la gente así existe aunque queramos pensar lo contrario. Gran apuesta. Mucha suerte 🙂
Gracias, Juan Antonio. La gente así, existe, te puedo dar fe. Incluso peor. Cuando el dinero está por medio, aparece lo peor de las personas.
Saludos.
Juanjo, profanar los libros y recuerdos de su madre por unas baratijas que tarde o temprano iban a conseguir. Duro relato. me ha gustado mucho. Abrazos.
Gracias, Salvador.
Un abrazo.