AGO161. CONVIVENCIA INÚTIL, de Fernando Martínez
Tengo una mosca detrás de la oreja y otras dos revoloteando la papilla endurecida de Isabelita. Varias cucarachas recorren el suelo a sus anchas. Un par, las más intrépidas o desesperadas, están a punto de coronar la montaña de platos del fregadero. Me arrepiento ahora de no haber accedido a comprar el lavavajillas. He descubierto que esas minúsculas hormigas argentinas han invadido el ecosistema de las autóctonas y el mío, que vienen para quedarse, que no le hacen ascos ni a la longaniza ni a otras carnes menos curadas. Que los repelentes tienen una función limitada y que las picaduras de mosquito ya no duelen cuando pierdes la cuenta. He aprendido mucho en este tiempo, pero sigo preguntándome cuanto más va a tardar María en volver del estanco, por qué tuvo que llevarse a Isabelita con ella y para qué necesitaba comprar tabaco si ella no ha fumado nunca. Tengo tanta hambre, tanta que, estoy seguro. Si María no vuelve pronto, moriré de inanición persistente.
Hay que ver lo que se aprende estando solo. Fantástica combinación de lo trágico y lo cómico. ¡Suerte Fernando!
Muchas gracias Rafa… la verdad es que esta vez he participado «salvado por la campana».
Jaja, mira que es persisitente sí, tanto como su inanición, creo que sí que es capaz de quedarse esperando hasta la muerte y, para colmo, repitiendo semejante pregunta estúpida, ay Fernando qué bien lo has retratado, pero no sabía que todavía quedaban de esos, pensé que era un expecimen extinguido.
Muy bueno tu micro, mucha suerte con él. Abrazos.
Ficción Yashira, solo ficción.
😉
Fernando, vaya bartolo. Bien contada esa situacion, llena de pachorra y dureza. Como no lo remedie un tercero, muere de inanición. Suerte y saludos.
Yo creo que ya está muerto, Calamanda. En realidad es posible que no haya vivido nunca.
La sátira sirve para resaltar hechos reales aunque exagerados. Me ha gustado como lo has hecho.
Abrazos
Muchas gracias Javier.
La sátira suele esconder verdades que parecen mentira.
Este hombre, más que una mosca tiene un enjambre, o sea que es cortito. Pues mira, que hubiera comprado el lavavajillas antes, a lo mejor así la mujer no se decide a iniciarse en lo de fumar. Has escrito un micro muy gracioso, con mucha punta y muy bien llevado. Me ha divertido mucho y me alegro de volver a leerte aquí. Suerte y un abrazo.
Gracias Antonia, a veces es mejor reírse de estas cosas…
Jajaja, menudo ejemplar. Quedan muchos así. A un tío mío lo encontraron cuando casi todo él se lo habían comido las moscas, el pachorro seguía con el mando en la mano que le quedaba. Uy, fue muy sonado.
Un abrazo, y me alegro taco de verte por aquí.
Miguelángel! ¿Eso que cuentas es verdad? Ya se sabe, la realidad siempre supera a la ficción, por descabellada que sea.
Hola Fernando, pues la versión de la celda que me contabas en mi entrada, desconozco cómo sería, pero esta que ahora leo ¡tiene un puntito muy bueno!
Pensaba que ibas a terminar con un personaje que decide probar los sabores de los bichitos que le rodean, que se lanza a masticarlos mientras reflexiona sobre por qué su mujer se fue al estanco. En cualquier caso, una apuesta muy buena que espera que tenga un huequito este mes.
Un beso Fernando y mucha suerte.
Creo que este personaje sería incapaz de comerse algo que no le pusieran en la mesa…
Gracias por pasar Laura.
Me gustan esos pensamientos monólogos internos en primera persona que no se entera de lo que pasa a su alrededor. Bajo esa capa de humor negro esconde todavía a muchos hombres inútiles. Muy buen texto.
Muchas gracias Mel.
Como siempre, Fernando, un placer leerte. A mí me llevas a un hombre paralítico que ha sido abandonado por una mujer (hija, esposa, cuidadora). También nos estás hablando de los recortes de dependencia.
Me gusta mucho tu interpretación Javier, mucho, mucho.
Gracias por pasar, leer y comentar.
Un abrazo.
Me he reido un rato, a pesar de que si bien lo miras es bastante triste. Algo habrá hecho mal la madre de Isabelita, si ha tenido que llegar a ese viaje al estanco. Una mala elección, para empezar!! En cuanto al don, que se vaya espabilando!!
Si Aurora, el humor muchas veces esconde tragedias…
Has arrancado con una frase tópica para armar una historia nada atípica pero muy bien expuesta, creo que ese es su valor.
En «estoy seguro. Si María», supongo que mejor dos puntos entre las dos frases.
Un abrazo.
Fernando, un relato muy entretenido en el que has sabido desvelarnos con humor la personalidad del sujeto que a estas alturas ya debe estar a punto de ser devorado por los insectos, o por lo menos seguro que se lo merece.
Un abrazo y suerte.