Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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05. Miradas malditas (Patricia Richmond)

No se atreven a mirarnos.

Al atardecer, cuando salimos de las cuevas, las contemplamos desde la distancia. Zambullidos en el agua, oímos sus gritos de admiración con cada pirueta, pero temen acercarse.

Nosotros las llamamos a través de un chapoteo de guiños escondidos, sabiendo que para ellas son reclamos prohibidos.

Advertidas del peligro de nuestros ojos, la tentación las acerca hasta la valla y, a veces, durante unos segundos, podemos sentir la caricia de sus almas curiosas. Entonces lanzamos cantos de amor para enredarlas en nuestros sueños y hoy, con el último rayo de sol sobre las aguas, he recogido un suspiro.

Pero la maldición ha actuado, como siempre, y ha escapado antes de poder prenderlo en mi mirada perdida de hombre pez.

 

48 Responses

  1. calamanda

    (Patricia, tenerlo cerca y no poseerlo es parte del placer; tu lo cuentas con ritmo y claras imagenes. Suerte y saludos

  2. Esperanza Tirado Jiménez

    Pensaba que eran sirenas llamando a marinos. Pero al leer el mensaje de epifisis me he dado cuenta de que es al contrario: son ¿tritones? (sirenos no creo que exista).
    Muchas volteretas y chapoteos van a tener que dar para que ellas se decidan a meterse en el agua.
    Lo de quedar enredadas en los sueños y recoger suspiros tiene un toque poético muy sugerente. Precioso.
    Enhorabuena y mucha Suerte.
    Besos.

    1. Gracias, Esperanza. Dejémoslo en hombres pez, que es más misterioso y metafórico. Hace poco escribí el relato contrario, ella contando su fascinación por unos seres extraños que tiene prohibidos. Y, al ver el tema de este mes, se me ocurrió escribir el contrario.
      No sé si se entiende bien. ¡Siempre me pasa igual!
      Una camioneta de abrazos.

  3. Bonito relato de esas mujeres presas bajo una maldición. Me ha gustado la imagen que has creado con ese suspiro, que lo dice todo. Y también lo bello que tiene que ser un hombre pez haciendo piruetas. Suerte.

  4. Me encantó, PATRICIA, esta inversión de la seducción «sirénica», contada desde el punto de vista de los tritones. Deben de ser de lo más miedosas esas mujercitas, para no caer en tan deliciosa tentación, jaja

    Un beso con aires de mar,

    Mariángeles

  5. Una genial idea, Patricia, la de cambiar los papeles. Me ha encantado lo poético de las imágenes que tan bien describes. «Podemos sentir la caricia de sus almas curiosas», precioso. Enhorabuena y suerte.

  6. Tu relato tiene gancho, el que les falta a los hombres pez para conseguir su propósito, jeje. Preciosa imagen, muy onírico, muy bien narrado. En definitiva, me ha gustado mucho tanto la idea como la forma que le has dado. Suerte y un abrazo.

  7. Ángel Saiz Mora

    Peces o humanos, qué torpes somos los hombres, echamos el anzuelo, sí, pero siempre estaremos a años-luz de las armas de seducción que destila el otro género, somos limitados, qué le vamos a hacer. Confieso en tono de confidencia que me ha recordado un poco mis años mozos en las discotecas, con tantas tentativas vanas por mi parte.
    Me ha gustado mucho este relato en el que el papel de las sirenas les corresponde a ellos.
    Mucha suerte y un abrazo de esos que te mereces.

    1. Ay, cómo se echan de menos los años mozos, con su ingenuidad, la curiosidad y el deseo de cruzar barreras. Un poco de eso quería transmitir, así que no podías decirme nada mejor. Abrazos de mi reserva para ti.

  8. Paloma Casado Marco

    Un cuento bonito y original. Podemos juntar el tuyo y el mío para que se entiendan las sirenas y los sirenos.

  9. Virtudes Torres

    Pues qué te voy a decir, que me ha gustado mucho.
    Yo a tu hombre pez, así bajito, le diría que trajera en el anzuelo un collar de perlas y coral, así quizás pescaba algo.
    Aunque una mujer nunca olvida. Y ellas llevan en sus genes recuerdos tristes del pasado.
    Un abrazo.

    1. Gracias, Salvador. Cantos de sirena, igualmente. No era mi intención, pero me has hecho pensar que es un relato por la igualdad de género. ¡Nosotras también queremos cantos hipnóticos y misteriosos!

  10. Eduardo Iáñez

    Honestamente, no sé si los hombres seríamos capaces de seducir con cantos de amor, si seríamos capaces de suscitar gritos de admiración entre ellas, como los hombres pez de tu relato. Pero, al menos, leyéndolo me he sentido reconfortado. Y con la mirada perdida, he suspirado.

  11. Rafa Heredero

    Me gusta cómo cuentas lo torpes que somos los hombres pez en el juego de seducción; está claro que ellas los habrían atrapado a todos si se lo propusieran. No hay más que ver lo que se consigue son un suspiro. El título me parece todo un acierto.
    Suerte y saludos.

  12. Charo Anadón

    Y yo que pensaba (estaba convencida) de haber comentado algo… Original como todos tus micros!! Suerte. Besos

  13. Juan Antonio

    Creo que en esto de pescar siempre habéis tenido mejor mano las mujeres, pero en cualquier caso le deseo mucha suerte a tu tritón, que falta le va a hacer. Mucha suerte 🙂

  14. Aparte de la originalidad del enfoque y del tono poético tan precioso que le has dado, a mi me gusta especialmente esa idea de que el contacto visual sea determinante para que ellas queden atrapadas («No se atreven a mirarnos», «Advertidas del peligro de nuestros ojos»). Sugerente.
    Suerte y saludos.

  15. Modes Lobato Marcos

    Relato tremendamente bien hilvanado.
    Repleto de magia y poesía.
    Bien sabes que yo los hubiese puesto a copular como mandriles, pero es que uno es muy brutico hija, que le vamos a hacer…
    Tú has elegido la sutileza, y eso conduce a tu relato por una senda onirica de la que es imposible abstraerse.
    Un precioso cuento mágico, señorita.
    Un besazo, Patricia.

    1. Gracias por tus palabras, Modes. Brutico, sí, pero genial y eso, por muchas capas de sutileza que se pongan, no se consigue si no se tiene.
      Como tus poemas. Te he felicitado en el 140 con mi nick clandestino.
      ¡Beso muy grande!

  16. Modes Lobato Marcos

    Hala, que mujer más pérfida y malvada. Arrojando felicitaciones tras una máscara (Diente de león?).
    Da la cara, o en caso contrario me convertiré en triton, y tus cantos de sirena me entrarán por un oído y me saldrán por otro(como cualquier canción de Melendi, vamos).

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