42. El refugio (Asun Buendía)
— Bienvenida, esta es tu casa.
Las mujeres se hicieron a un lado y a otro, dejando un pasillo por el que Helena avanzaba tímidamente.
Todas ellas se reconocieron en esos pasos cortos, en su cabeza baja y en su mirada vacía.
El silencio pesaba como losa lapidaria. Pero el nudo que apretaba sus gargantas era demasiado fuerte y simplemente acercaron sus manos con caricias breves, aunque llenas de fuerza.
Cerró la puerta tras de sí y se tendió en la cama. Poco a poco la oscuridad se adueñó de la habitación. Unos golpes en la puerta, se estremeció, alguien preguntaba si podía entrar. No contestó, quería hacerlo, pero al abrir la boca solo salió un gemido y sus ojos dejaron escapar el torrente que llevaban años conteniendo. El gemido fue sollozo y el sollozo llanto y el llanto dolor. Dolía mucho, más que las palizas, más que los insultos y tanto como el miedo.
Desde afuera sus compañeras respetaron ese dolor y su soledad.
Sintió una tibieza y una paz extrañas. Abrió los ojos. Un rayo de sol. Jugó con él entre sus dedos, mientras recordaba donde estaba.
La isla de las mujeres, el refugio.
Muy logrado el ambiente de tristeza extrema, la comprensión de las iguales y el rayo de esperanza final.
Gracias Edita, había pensado varias interpretaciones al tema de este mes de mayo, pero finalmente publiqué este.
Abrazos.
Asun, has contado con elegancia sus sentimientos en esa otra atmosfera, no demasiado diferente a la vivida por muchas mujeres. Suerte y saludos
Hola Calamanda, quería haber hecho algo menos triste, pero se me coló este relato entre las manos.
Besos
Asun, desgarrador relato. Me ha hecho vivir el dolor de esa mujer que por fin ha encontrado la paz en esa isla de comprensión. Muy bueno. Abrazos.
Gracias Salvador, como se suele decir la «vida es también así»
Un beso grande.
Hola, Asun.
Creo que en esa isla estará protegida hasta que consiga rehacerse. Con quiénes mejor que con aquellas que pasaron por su mismo calvario.
Es emocionante, muy emocionante.
A ver si esta vez… es la vez. Suerte!!
Un beso muy grande.
Hola, Towandita, ya te dije que era muy diferente a lo que se esperaba para este mes, como ves de leyenda nada. Real y bien real.
Pero el tuyo si que puede ser, ojalá. Sería tu segundo premio en pocos días.
Besos grandes, hasta que nos veamos.
Muy buen relato, Asun, la solidaridad femenina puede ser una fuerza irrefrenable. Me ha gustado lo de que todas se reconocieran en «los pasos cortos, la cabeza baja y la mirada vacía».
Suerte y un saludo
Gracias Ángel hay cosas que solo las mujeres pueden entender y curar. Tu lo has dicho muy bien esa solidaridad en algunos casos es la medicina.
Un abrazo.
Me alegro de que te haya llegado. Es triste, pero a la vez hay esa esperanza en la luz del sol que entra por la ventana.
Besos y gracias por la suerte.
Lo lees notando la tristeza y el miedo del ambiente. Ese rayo de sol al final sugiere una nueva vida con algo ma´s de alegría.
Hace tiempo que lo leí y no recuerdo bien el argumento: la idea inicial tiene cierto paralelismo con ‘El Albergue de las mujeres tristes’ de Marcela Serrano. Hay muchas mujeres, por desgracia, que necesitan curar heridas de las que no se ven.
Mucha Suerte.
Gracias Esperanza, tu opinión es muy importante para mí. Respecto a ese otro libro, no lo conocía, pero me acercaré a él para verlo.
Sobre el tema, que decir, ojalá se acabe esa lacra.
Un beso grande.
Algo se sugiere de su vida anterior al refugio. Pero es en este donde se demora con palabras acertadas para expresar la solidaridad entre mujeres. Muy buen relato. Un saludo.
Gracias Miguel, es un relato un poco duro, pero tiene esperanza.
Besos
Has logrado transmitir todo ese dolor y la esperanza con la que comienza un nuevo rumbo. Me ha encantado. Un beso
Hola Concha, hay mujeres que viven rodeadas de dolor, pero siempre puede haber un cambio y una esperanza.
Besos
La eterna historia de la mujer maltratada, muy bien contada por tu parte Asun.
Es verdad que esta historia parece eterna, y se que es un tema muy manido, pero aunque no quería escribir esta historia mi mano decidió que sí.
Besos
Una casa de acogida.
Así es Daniel, supongo que así se sentirán las mujeres que se ven en esas circunstancias.
Saludos
Un relato muy duro, bien escrito y de final esperanzador.
Abrazos.
Siempre tiene que haber esperanza a pesar de cualquier situación.
Un abrazo María.
Hay veces en la vida en la que una se siente como tu protagonista. Gracias a esas manos amigas que siempre están ahí y a los rayos de sol, que también lo están.
Has conseguido llevarme por tu historia como si estuviera dentro, sintiendo el desgarro, el apoyo y el calor del sol.
Preciosa.
Gracias Isabel, es un tema que parece va unido a la condición humana, pero seguro se puede cambiar.
Besos
Pues a levantarse y a aplaudir. Al relato y a la escritora. Enhorabuena. Te deseo suerte porque todo lo demÁs ya lo has puesto tÚ. 🙂
Gracias Juan Antonio, si te ha gustado, yo ya tengo mi premio.
Un beso grande.
Muy bien contada la historia, que aunque es dura y triste tiene un final lleno de esperanza.
Un saludo
Gracias Blanca todo puede tener un buen final si nos lo proponemos.
Besos
Asun, ¿qué te diré? Nos has acercado un drama social intenso con mucha elegancia y sencillez. Me encanta cómo la oscuridad del comienzo da paso a una esperanza final para esta mujer que se sentirá entendida y protegida por sus iguales.
Un fuerte abrazo.
Izaskun, y que te puedo decir yo? que me alegro de llegar a todos vosotros con mi relato, pero que no me alegro por el tema del que se trata.
Un beso grande.
Otro relato de los que te dejan sin palabras hasta que suspiras varias veces. Gana mucho con la segunda lectura cuando has ordenado las ideas en tu cabeza. Has conseguido transformar las sensaciones en letras y, la verdad, casi ya no me sorprende porque sigues in crescendo a un ritmo frenético. Sigue así, Asun, que disfrutaremos todos de tu arte.
Lorenzo me alegro de recibir tan buenas «críticas» por vuestra parte, espero seguir mejorando y gustando.
Y ante todo disfrutando (todo acaba en ando) como hasta ahora.
Besos grandes.
Las casas de acogidas para mujeres maltratadas son las islas perfectas para refugiarles y protegerles. Original manera de utilizar el tema del mes, muy bueno. Suerte.
Saludos.
Hola Beto me pareció que estas casa son como islas donde acudir y estar arropadas las mujeres.
Besitos
Precioso, conmovedor, trágico, buenísimo, la atmósfera es soberbia, con aciertos magníficos como, «el silencio pesaba como losa lapidaria», guau! Ese par de aliteraciones, bellas y descriptivas! Soberbio! Me ha encantado. Besos.
Marcos me alegro de que te haya gustado tanto, se aparta un poco de las islas fantásticas habitadas por mujeres.
Besos
A mí sí me parece que esta es una isla fantástica para ellas, y por desgracia muy real. El día en que logremos que estas islas no sean necesarias habremos aprendido lo que de verdad importa. Creo que has sabido reflejar muy bien las emociones.
Suerte y saludos.
Pues si, no quisiera escribir sobre ello, pero es que casi todos los días tenemos una noticia de este tema.
me alegro de conseguir crear esa atmósfera de tristeza, pero con esperanza también.
Besos
Fantástico trabajo Asun: te sirves de pequeños detalles que transmiten mucho, como esas «caricias breves aunque llenas de fuerza» o ese estremecimiento al oír un golpe en la puerta. Estremecedor.
Un abrazo y mucha suerte para final de mes
Gracias Anna por algo la premisa en un micro es sugerir más que decir, para que el lector imagine la atmósfera y sienta el relato.
Encantada de que te guste, y a ver si hay suerte. Lo mismo te dese a ti.
Besos
Personalmente creo que cada vez escribes mejor, o al menos me gusta más. La llegada a una casa de acogida debe ser así. Lástima que las estén cerrando porque los recursos se los han llevado. En fin, a ver si estás arriba.
Gracias caballero, me halaga tu comentario porque se que eres sincero.
No se si escribo mejor, pero sé seguro que he evolucionado. Llevo escribiendo más o menos seguido tres años y creo que en la práctica y disciplina está la clave.
Un beso grande.
Hola.
Acabo de llegar, es la primera vez que entro así que con tu permiso te dejaré un comentario sobre lo que acabo de leer.
El relato es sumamente vívido, uno va «viendo» las imagenes que se van proponiendo.
Es maravilloso.
Mis saludos.
Richard
Ricardo bienvenido a este sitio donde vas a encontrar cada mes relatos muy dispares y muy buenos.
Me encanta que el mio te haya gustado tanto, con esa idea escribo, para llegar al lector y agradar.
Un abrazo.
Hola, Asun. Tu relato me ha llegado al alma. Describes tan bien esa atmósfera de la casa de acogida, a la que Helena llega rota por dentro y en la que encuentra consuelo y comprensión entre otras mujeres que han pasado por lo mismo… ¡Enhorabuena y suerte! Saludos
Juana tal y como lo cuento imagino que debe ser la llegada a una de estas casas. Por desgracia no cesa el goteo del maltrato.
Un beso y gracias por desearme suerte.