Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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44. El oráculo Calamanda Nevado

De nuevo en aquellas arenas paradisiacas. Esta vez, la fiesta nocturna me había confundido y extraviado en  una desconocida y solitaria isla. Sobre mí planeaban nubes y  gaviotas,  y las olas tarareaban canciones  de amor y  placer. Aquella  atmosfera me hacía  feliz.
Cuanto más aterciopelaba su voz la  espuma del mar,  más excitaba mis emociones,  mi boca, y mis labios entreabiertos.  Comencé  a  soñar con la suave humedad de los besos; y, mágicamente, surgieron del  aire sensuales y voluptuosas muchachas de formas provocadoras;  sus largos cabellos recorrían mi piel con deleite. Sus dedos acariciaban   mi pelo, mi cintura, y  consolaban todos mis sentidos sin reserva.
Ante la sinuosa musicalidad  de sus cadencias;  disfruté de furiosas erecciones.
Envuelto en ese delirio solo pretendía respirar y poseerlas. Ellas, sentadas o echadas sobre mí,   me dedicaban   ingeniosos  guiños  y picaros juegos;  aumentando más y más mi éxtasis.
Elegí continuar en aquel paraíso; no quería abandonar el arrebato de  sentirse  poseído, y  cedí a su desenfreno. No costaba dejarse amar.  Ellas alimentaban  su pasión con  sus ardores y los míos.
Era dueño de todas cuando el sicoanalista dijo ¡Descansa!  Y el timbre del reloj de la consulta dio por  finalizada  mi hora de relajación.

46 Responses

  1. Salvador Esteve

    Calamanda, si ese es su sueño recurrente no me extraña que tenga que descansar, de relajación nada. Nos has llevado de una forma perfecta hacia un desenlace inesperado y original. Muy bueno. Abrazos.

  2. Hola, Calamanda.

    Me imagino las palabras del protagonista:

    -Ostras, ¡qué palo..!

    Muy bien porque el desenlace no se prevé en ningún momento y esa sorpresa final nos deja como a este pobre hombre.
    Me ha gustado mucho, sobre todo ese final con el que cierras todo.

    Un besazo y mucha suerte.

  3. Ángel Saiz Mora

    A eso se le llama entrar en materia con la imaginación, hay que ver qué poder tiene nuestro cerebrito. Me puedo imaginar la decepción del paciente al despertar de ese sueño inducido.
    Una atmósfera sensual y un final sorprendente.
    Suerte y un saludo.

    1. calamanda

      Ángel, sí, quiza disfrutemos con la imaginacion tanto o más que con los sentidos. Gracias por tus palabras. Saludos

  4. Mª Belén Mateos

    Muy bien llevado el relato hasta el final. Despertar terrible para el paciente, creo que la próxima sesión pagara por dos horitas…Me ha encantado. Un saludo

  5. calamanda

    Mª Belén, gracias. Despertar de los sueños, si son agradables; este parece ser algo mas que eso, en general deja una sensacion extraña. Saludos

  6. MIGUEL MANRIQUE

    Al hilo de tu relato, con sorpresa final, como pequeño homenaje a Monterroso, me imagino a tu personaje soñando:
    La isla de las mujeres
    Cuando despertó en el diván del psicoanalista,las mujeres todavían estaban allí.
    Un saludo y mucha suerte.

  7. María Elena Sánchez Álvarez

    Calamanda, desde luego la sesión fue intensa. Tiene que ser duro despertar de ese sueño.
    Muy bien llevado hasta ese final inesperado.
    Un abrazo y mucha suerte

    1. calamanda

      María Elena, no estoy muy segura que por si mismo quisiera despertar; parece encontrarse muy entusiasmado allí. Gracias y abrazos.

  8. Desenfreno contenido descubierto al final para mayor cargo del protagonista… ¿solo de Él? Pues tambiÉn de quien la lee. La historia invitaba a seguir. Se acaba en el mejor momento. Mucha suerte 🙂

  9. calamanda

    J u a n P é r e z, como escribimos para todos los publicos, como en las pelis, tenemos surtido visitando las vidads de personajes, especiales, como mi protagonista; no dejan de ser entretenidas por su versatilidad. Gracias y saludos

  10. calamanda

    J u a n P é r e z, como escribimos para todos los publicos, como en las pelis, tenemos surtido visitando las vidas de personajes, especiales, como mi protagonista; no dejan de ser entretenidas por su versatilidad. Gracias y saludos

  11. calamanda

    Juan Antonio, las doscientas palabras no dan para más; son las responsables de que esta historia acabe en el mejor momento. Gracias y saludos

  12. Blanca Oteiza

    Calamanda, menuda imaginación la del protagonista. Muy bonito el relato y hasta cómico con ese final.
    Un abrazo

    1. calamanda

      Blanca, si su lectura puede ser diferente, pero todas ellas confluyen en que la imaginacion del protagonista es considerable. Gracias y abrazos

  13. Izaskun

    Hola Calamanda! Descansar, lo que se dice descansar, me parece que no lo hacía (o al menos al uso habitual)jaja. Un relato bien narrado, muy expresivo, visual y con gran fuerza. Te deseo mucha suerte.

  14. calamanda

    Lorenzo, ya sabes que ocurre cuando dejas volar la imaginación. Si, perfectamente, le podía ocurrir que estuviera drogado pero…Gracias y saludos

  15. No se qué más puedo añadir a lo que ya se ha dicho. El texto es impecable, el final sorprendente y divertido (menos para el protagonista claro), narrado con un ritmo envolvente muy acorde con el tema. Vamos que ha encantado.
    suerte y saludos

  16. Con una prosa muy lírica nos llevas de la mano (a los hombres) a un sueño sensual para descubrirnos al final que estamos como cabras, los hombres, siempre pensando en lo mismo. Divertido final. Suerte.

  17. Rafa Heredero

    No sé si ese hombre iba al psicoanalista a curarse o a soñar, pero seguro que disfrutaba tanto de las sesiones como nosotros de su imaginación.
    Suerte y saludos.

  18. Me ha gustado como has tratado el tema sensual y erótico en tu micro. A mí no se me hace fácil, la verdad. Además, con la sorpresa final, está muy logrado. Felicidades y suerte, Calamanda.

  19. Antonia

    Desde luego, el sofá debía ser confortable y la imaginación de él y tuya extensa.
    Has creado un mundo onírico muy sensual y cálido además de caluroso.
    Me gustan las descripciones y el ritmo. Final con sorpresa. Te deseo suerte . Un abrazo.

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