AGO132. POR SI LAS MOSCAS, de Elena Casero
Es el retrato de un hombre alarmado. Mi abuelo estaba sentado en un banco de madera, de aquellos que los fotógrafos tenían como atrezo en su estudio. En el momento del disparo se observa que tiene las manos apoyadas sobre las rodillas, crispadas, convertidas en garras. Los ojos muy abiertos. El blanco y negro no deja apreciar la dilatación de las pupilas que miran con aprensión hacia un lugar concreto: la cabeza del fotógrafo, sobrevolada por un par de moscardas negras, inmensas, asquerosas.
De aquella sesión quedó el retrato de un hombre asqueado. Porque lo que a continuación sucedió fue relatado por el doliente retratista en una habitación del hospital, tras el vano intento de mi abuelo de rematar la corta vida de las moscas que se habían posado, con total descaro, sobre la calvicie sudorosa del fotógrafo.
Elena, esta original situación tan dramática como cómica, la has descrito con imágenes muy claras. Suerte y saludos.
Gracias Calamanda. Tiene una vis cómica, es cierto.
Esperemos que haya un poco de suerte
Intentaré hacerte caso Ana y buscaré que la historia se alargue.
Gracias
Jeje, es lo que tienen las fotografía, una historia detrás. Menos mal que no tenía el bastón entre las manos. Suerte en el retrato fin de mes.
Gracias,Ximens.
Te lo diré cuando pase la final. Pero seguro que no.
Desde ayer son varias las veces que lo he leído, Elena. Y es una tontería, pero me confundía las dos palabras con las que adjetivas al abuelo retratado: Alarmado y asqueado. Me hacía pensar que no hablabas del mismo hombre y me de daba la sensación de que me perdía algo. Cuando en realidad esta contando con mucha precisión. Volveré a pasar por si, en realidad, es cierto que se me escapa algo.
Un abrazo mientras
Miguel ángel. Primero el abuelo se alarma al observar lo que se avecina.
Después ya está asqueado, cuando las moscas van sobrevolando la calvicie del fotógrafo.
A mí me asquean las moscardas. Mucho. Quizás el animal que más.
Un abrazo
Un relato trágico y cómico a la vez, dentro del trauma que recibe el pobre fotógrafo no he podido evitar la risa al imaginar la escena, el hombre fotografiando y el señor anciano saltando sobre él para matar las moscas. Una escena digna de un gag cómico Elena.
Mucha suerte a final de mes. Saludos.
Buenas noches Elena,
las moscas pegajosas que no hay quien las aparte con repelente, ni con manotazos, también me crean un asqueo profundo. El otro día, o hace unos meses, leí toooooodo lo que pueden transportar sus lindas patitas, y desde luego no era postre de gusto.
Así que, comprendo y empatizo con el pobre anciano ¿le arreó en la calvicie con el bastón? ¿ o no hay bastón? Es que en los pueblos, la emprenden a garrotazos, y lo más divertido es que aciertan!!.
Mucha suerte para la final y un besazo, Elena.
Está muy bien esto de mirar un retrato y que alguien informado te cuente los detalles y entresijos del momento. Me gusta la idea y el relato más.
Un abrazo.
No cabe duda que el abuelo era de armas tomar. Suerte para el fotógrafo que no llevara algo más contundente en la mano. Por lo que he leído has utilizado un relato para contar una tus obsesiones. Espero que con un poco de humor sean más llevaderas.
Saludos y suerte.