31. a. C / d. C (Rafael Loscertales)
En el pueblo hay una gran expectación. Doña Milagros, nuestra beata, jura por Cristo Señor que un delicado coro de ángeles, serafines y querubines, liderado por un arcángel, interpretará con sus deliciosas voces un concierto divino. Así se lo ha manifestado una voz tremendamente profunda en la capilla del santo Patrón. Don Miguel, el cura, afirma que si ella lo dice, será verdad. El alcalde, por si las moscas, ha colocado un escenario en la plaza de la iglesia: no quiere arder en el infierno si es que existe.
A las ocho de la tarde, con puntualidad sobrehumana, los Ángeles del Cielo llegan en sus motos. Cubren las preciadas alas con cazadoras de cuero y los ojos con gafas de sol. «Tienen pupilas delicadas», explica la beata.
Después de los primeros acordes, nadie sabe qué decir. Todos pensaban que los coros celestiales eran menos estruendosos. A pesar de todo, doña Milagros baila como poseída en mitad de la plaza. Por un momento parece levitar sobre los adoquines mientras el ser divino de cabellos de ángel que tanto recuerda a don Miguel aporrea la batería y canta con voz tremendamente profunda Highway to Heaven.
Verdaderamente, AC/DC son unos gigantes. No se si decir también que son unos ángeles. Que buen relato, Rafael. Cómo me ha gustado el sutil cambio del título de la canción. Y la elección del nombre de la beata.
Un abrazo y mucha suerte.
También fue el arcángel Miguel quien venció al demonio, no? Ja ja. Que bueno.
Un relato original y de gran elaboración, para disfrute de los aficionados al heavy metal y estupenda fuente de conocimiento para los menos roqueros como yo.
Ese mismo 😉 Es el Arcángel de los ángeles caídos. Gracias, Juan Manuel. Un abrazo.
Gracias, Edita. Los pueblos, la música y los conciertos son una inspiración divina. Abrazos.
El resultado de la unión, mística y terrenal, entre un ministro del Todopoderoso y una mujer imbuida por la espiritualidad, ha de tener algo (más bien alguien) divino, pero también rompedor, en las formas al menos. Nada más transgresor que el rock, que a pesar de ello o por ello nos ha regalado obras maestras como la canción que evocas, con una estudiada modificación en su título, aunque tan emparentada con la inspiración como tu relato.
Un abrazo y suerte, Rafael
Hola, Rafael.
Ingenioso relato el que nos traes esta convocatoria.
La verdad es que cuando se habla de un coro de ángeles uno espera otro tipo de música.
Se agradece la originalidad, la simpatía y el buen humor de esta historia y, como no, la banda sonora, que aunque sea de estos angelitos tan peculiares le da una marcha muy cañera.
Felicidades y saludos angelicales.
Muy buena la modernización de los ángeles que has hecho , así como la implicación de Don Miguel el cura en el concierto del rock.
Hasta aquí me ha llegado el sonido de la música y el baile poseso de la beata.
Abrazo virtual
De vez en cuando el cuerpo pide un cambio de registro, igual que a don Miguel. Gracias por los comentarios. Abrazos.
Muy imaginativa y divertida idea, Rafael. Me encanta ese coro tan marchoso convocado por doña Milagros con el beneplácito del cura, don Miguel, supongo que dos nostálgicos del rock duro. Muy acertada la adaptación del título de la canción para estos «angelicales» intérpretes. Felicidades y suerte.
Aprovecho también para felicitarte por tu Premio Lince Montesdetoledo. Tu relato es estupendo. Un abrazo.
Mil gracias, Juana, por los comentarios y por las felicitaciones. Un abrazo.