103. A la deriva (Marta Trutxuelo)
El día va levando anclas y la oscuridad comienza a desplegar sus velas en mi gabinete. Mi cuerpo reposa en el diván que escuchó tus lamentos, pero mi mente surca el océano de mis cavilaciones. Enciendo un cigarro y tomo una fotografía de la mesilla. Tu imagen se pierde entre las olas que forma el humo. El juicio ha sido digno reflejo del mejor teatro de variedades. ¡Menuda feria! Guardé con celo el secreto profesional, tanto que mi testimonio como experto en psiquiatría resultó ser la mayor mentira de mi carrera. Pero gracias a él, el acusado ha sido absuelto y tú has recuperado la sonrisa. Tu rostro, observándome desde la fotografía, me recuerda que seréis tú y él quienes zarparéis a la conquista de una nueva vida, y yo tendré la compañía del grueso sobre que me entregaste antes de despedirnos, que me avisa que mi barco, aún a riesgo de naufragar, ha iniciado una peligrosa travesía y seguirá navegando inexorablemente por las turbulentas aguas de la corrupción.
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Hola, Marta.
Sobre una metáfora marina, marinera e imágenes tejes uno de tus micros jurídicos en loa que te has convertido en especialista consumada. El mar de las cavilaciones para este psiquiatra y su amor no correspondido y entre medias las aguas turbulentas de la corrupción. Y un secreto profesional que deriva en falso testimonio. Algo abocado probablemente al naufragio. Lo que no naufraga es tu texto, sólido como una roca. Felicidades por él y felicidad para ti en lo que resta de verano. Un beso.
Hola, Eduardo!
Muchísimas gracias por tus alentadoras palabras, me gusta que te haya gustado el relato… tienes razón, cada vez voy más a la trama jurídica, je, je… si llego a ser abogada!!!
Voy a ver si encuentro tu cuento por estos lares!
Feliz verano y te mando un fuerte abrazo
Marta
Felicidades Marta!!!
Qué bien escribes!!!
Muchísima suerte!!!
María Dolores… gracias mil!!!
Por el piropo y por el deseo de suerte!!!
Un abrazooo!
Marta
Parece que tu protagonista ha aceptado participar en un viaje del que, por lo que vemos a diario, tal vez no regrese. Una vez conocido el sabor del dinero fácil o del poder parece dificil tener la fuerza de voluntad suficiente para abandonar ese barco. Me ha gustado tu texto, Marta. Suerte y saludos.
Muchas gracias por el comentario, Jesús!
Sí… es un viaje probablemente sólo de día… pero nunca se sabe!
Saludos y suerte también para ti!
Marta
Tengo debilidad por las figuras literarias inspiradas en el mar. Tu texto se sustenta con destreza en ellas (me encanta). Puede que el naufragio sea el destino de algún personaje… Pero el relato está bien anclado 😉
Saludos con suerte
Muy buen relato, Marta. Lo veo bien estructurado y con una expresión limpia y bella. Y la temática muy atractiva. Te felicito.
Un abrazo
Marta, bien montada tu historia, desgraciadamente tan actual. Suerte y saludos
Perfecta narración, engancha totalmente. Perfecto, como siempre.
Un beso, un abrazo y, un me encanta leerte.