82. A LAS SEIS HORAS, SEIS MINUTOS, SEIS SEGUNDOS…
En control, Paco con ágiles dedos sube la regleta. La sintonía suena como un centenar de caballos desbocados que corren sin aliento durante veinticinco segundos exactos para frenar de golpe ante un acantilado sin fondo, un abismo gigante, negro y silencioso. Ángel lo observa un instante y salta al vacío. Con el cuerpo tenso y sus músculos respondiendo a cada precisa solicitud dibuja una figura perfecta en el espacio para luego sumergirse en la honda obscuridad.
Y entonces habla.
Con los nervios encadenados al alma articula cada fonema, cada palabra, recreándola con una dicción estudiada. La entonación es precisa, la respiración acompasada. Las oraciones se suceden y las noticias son construidas con vertiginosa celeridad. Las verdades casi asépticas, empaquetadas con esmero, fluyen y se pierden para siempre en el éter.
Es el trabajo de un profesional meticuloso, curtido, sin rostro.
Al otro lado del aparato el oyente vive desamparado el estupor y la incredulidad; el dolor anónimo de quien entiende incomprensibles las razones de tanto sufrimiento, tanta hambre, tanta destrucción y tanta muerte.
El diablo hace sonar las trompetas que anuncian el horror. Ahora toca vivir en directo el fin del mundo y descubrir que Dios no escucha la radio.
Una metáfora, perfectamente construida para mostrarnos la diferencia entre
«hablar» y «padecer», con avisos proféticos.
Me agrada mucho el lenguaje que has empleado.
Suerte, Manuel
Siempre me ha parecido que hay distancias insalvables entre el protagonista de la noticia, el periodista y el público. Y cuando protagonista y destinatario se unen, el abismo es inmenso.
Muchas gracias por tu comentario María Jesús.
Un saludo.
Parece una predicción, qué ojala no se cumpla.
Muy buena la forma en que lo has expuesto.
Saludos
Es como cuando mi madre me gritaba aquello de «ten cuidado que te vas a caer». Poco más o menos, pero sin la solemnidad de los versos de un oráculo. Muchas gracias Carmen por tu comentario.
Un saludo.
Bien expuesto y muy bien desarrollado. El Apocalipsis en directo.
Mucha suerte y u abrazo.
LuisCar
Cuando se habla de Apocalipsis en directo siempre me aparece en la mente las imágenes de la transmisión en directo de la CNN del ataque de Estados Unidos a Bagdag. Forma parte de mis terrores particulares.
Gracias por detenerte a Comentar.
Un cordial saludo LuisCar.
Muchas gracias Ana por detenerte a comentar mis cuatro líneas. Me alaga que te guste y te incite a la reflexión.
Y si, el título hace referencia a ese curioso prefijo telefónico.
Un saludo.
Manuel, cuantas noticias horriblesd nos llegan de los medios en este formato que habilmente has elegido. Suerte y saludos
Siempre hay un momento en el que uno ya no sabe si hay alguna noticia que celebrar. Pero la hay. Siempre la hay.
Gracias Calamanda por tu comentario.
Un saludo.
Manuel bien conseguido y el final me engancha, me gusta mucha suerte
Gracias Manuel, agradezco tus palabras.
Un cordial saludo.
Está muy bien escrito y la referencia bíblica final me parece muy bien acuñada para darle aún más sentido al texto. Mucha suerte 🙂
Precisamente hoy recordamos el 23-F. En casa estuvimos pegados al transistor escuchando lo que parecía ser el final de la democracia… el fin del mundo; y al diablo ahí lo vimos con bigote y tricornio.
Gracias por detenerte y por tu comentario.
Un cordial saludo.