44. A sol y a sombra (Juana Mª Igarreta)
Carlos siempre me tuvo como un mero capricho de los días soleados. Yo, harta de que mi dedicación fuese tan solo valorada como una suerte de intermitencia, me propuse hacerle saber que mi compañía es fiel e incondicional. Que siempre estoy ahí; no solo en los días luminosos cuajados de momentos brillantes en los que la alegría embarga nuestros sentidos; también cuando la tristeza y el desánimo nos envuelven con su baile huracanado y nos acuchilla el frío. Ahora soy experta en cruzar el umbral de cualquier puerta. Se acabaron las tediosas esperas en el portal de su casa, a la salida del trabajo, del cine, de la biblioteca… Reconozco que sin él no habría llegado nunca hasta aquí.
Ayer, cuando Carlos y su amiguita se fundieron en un largo beso, la ingrávida acompañante de ella y yo, como siempre mimetizando sus gestos, hicimos lo mismo. Pero ellos se fueron y nosotros aquí seguimos, todavía con nuestras bocas selladas y nuestros etéreos cuerpos unidos. Yo, que tantas veces maldije mi suerte exclamando “¡ay, qué larga es esta vida!”, ahora, desde la recién estrenada certeza de ser yo misma, me desdigo afirmando que la vida es un suspiro.
Una mujer que, gracias al equivocado seguimiento hacia quien no debía, logra hallar su camino verdadero en una vida que seguirá teniendo sus soles y sus nubes, pero que ha pasado de ser larga y desaprovechada a convertirse en un presente que, por efímero, valora y quiere aprovechar.
Un texto, una redacción y una historia impecables, que sólo pueden traer como resultado literatura de calidad.
Suerte y un abrazo, Juana Mª
Ángel, si a veces me tachan de demasiado explícita, veo que esta vez me he pasado de lo contrario. No se trata precisamente de una mujer la que he puesto a hablar en primera persona. No desvelaré nada más, de momento, por si hay más comentarios. Gracias por tus siempre interesantes y atentas palabras. Suerte y otro abrazo para ti también.
Qué preciosidad, Juana! A mí me ha sugerido que la narradora es la sombra de Carlos. Y me ha entusiasmado, por mi afición al mundo de lo casi escondido, al que no prestamos atención. Pero que existe y nos vigila…
Efectivamente, Patricia, has dado en el clavo; es la sombra de Carlos la que habla. La verdad es que resulta algo confuso, ya que al hablar en femenino siendo la sombra de un hombre… Pero me parecio más correcto tener en cuenta el género de la sombra, al revés quedaba más forzado. Mil gracias por tu intuición y comentario. Un abrazo
Hola, Juana.
Yo también veo una sombra que deja de ser fiel a su dueño por amor.
Felicidades, otro micrazo para releer y releer…
Besos y suerte.
Bingo, Towanda, es la sombra. Efectivamente, la sombra se rebela y quiere dejar claro que su existencia es permanente, independientemente de que el día esté soleado o nublado. La sombra tiene vida propia y hasta se enamora de la sombra de la amiguita de Mario. Muchísimas gracias, Towanda, por tus amables palabras. Besos y suerte, aunque tú ya la has tenido muy merecidamente y de lo que me alegro enormemente.
Quería decir de la amiga de Carlos. Perdón
Que original historia del amor de dos sombras. Siempre con ella, siempre con él, acompañándolos irremediablemente cada día… hasta que se descubren y se funden en ese beso que los atrapa para siempre.
Me encanta !!!
Un beso Juana Mª
Me ilusiona que te encante el relato, Mª Belén. Tenía idea de escribir alguna vez sobre las sombras y esto es lo que se me ocurrió. Aunque las sombras dan para mucho más. Mil gracias por tus palabras y otro beso para ti.
Hala, que bonitoooo!!!! Me encanta esa sombra enamorada. ¡qué chulo!
Beso.
Mil gracias, Aurora, por pasarte por este relato de luces y sombras. Celebro que te haya gustado. Otro beso para ti.
Me ha encantado tu relato, Juana. Muy inteligente y sorprendente elección del personaje. Al principio pensé que era una ex novia despechada, pero en la segunda lectura ya pude apreciar tu maestría. ¡Felicidades!
Bueno, Belén, con comentarios así de generosos voy a aumentar de talla. Celebro que te haya gustado y muchísimas gracias por leerme y comentar. Un abrazo
Que imagen más bonita has creado con esa sombra y sus tribulaciones. Un relato muy bonito y muy original. Y cuánta razón con eso de que la vida es un suspiro. Me vuelvo a leerlo. Enhorabuena y suerte 🙂
Me ilusiona enormemente que te haya gustado la idea de la sombra, Juan Antonio. Y mil gracias por detenerte incluso en más de una lectura. Suerte también para ti.
¡Jo, Juana, qué original!. Reconozco que en mi primera lectura pensé como Ángel, pero luego observé otros matices que me llevaron a comprender el relato. Dejar de ser sombra para buscar la luz de su vida. Muy, muy bueno. Abrazos y mucha suerte.
Pues no sabes cuánto me alegra que te parezca original y bueno, Salvador. Por falta de generosas palabras por vuestra parte no será. Muchísimas gracias y abrazos también para ti.
Y tanto… hay que aprovechar esta vida incluida la propia sombra y portarse mejor con ella..Abrazos, a veces me perdí, me ayudaron los comentarios, pero es mi neurona a medio gas.
Sorry.
Abrazos y suerte
Gracias, Manuel. Lo que me comentas de que te perdiste no sé si es buena o mala señal. De achacarlo a tu neurona, nada de nada. Quizás al meterme en el papel de una sombra me ha quedado un relato algo oscuro, je,je. Abrazos y suerte para ti también.
Por haber sido comentado lo suficiente, yo solo quiero aportar una palabra: BELLO.
Y en mayúsculas, según habrás podido comprobar.
ENHORABUENA y mucha suerte.
Ton.
Bueno, pues solo puedo contestarte de esta manera, Ton: ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS! Saludos.
Juana, muy buena la introduccion que nos haces y el giro que le das a la historia. Suerte y saludos
Celebro que valores así de bien el relato, Calamanda. Gracias y suerte también para ti. Saludos
Celebro que te haya gustado el tema de las sombras, María. Muchísimas gracias por leerme y comentarme tan genesosamente. Un abrazo.
Oh, las sombras. Me encanta tu relato, Juana, rebosa sentimiento.
Felicidades.
Hola, Ana: Deberían nombrarte, junto con Ángel Saiz, comentarista oficial de ENTC; la verdad es que no se puede hacer mejor. Tienes la habilidad de quedarte con la esencia del relato y plasmarlo con las palabras precisas. Mil gracias por detenerte en mis palabras y observarlas así de bien. Sobre lo de las posibilidades de selección… ¡qué pena que no seas jurado! je,je, es broma. Mucha suerte y otro beso también para ti.
Sin leer los comentarios me atrevo a decir que se trata de una historia de amor entre dos ángeles de la guarda. Original idea.
Muchas gracias, Lorenzo, por leer y comentar. Saludos.
Qué bien esta historia de amor de una gorra y un gorro, ahí, detrás de la puerta de la casa han iniciado su romance. Así lo interpretaba yo hasta que he leído los comentarios y veo que se trata de la sombra. Será, para mí es un amor de gorrillas.
Creo que la imagen del amor entre dos gorrillas es, si me lo permites, mucho más prosaica, que la de las sombras. Pero en esto consiste la libertad de imaginación del lector, en que siempre pueda hallar algo diferente. O sea que encantada con tu amor de gorrillas. Muchas gracias, Ximens. Saludos
Hola, Juana, creo que te ha salido un relato muy bueno con una narración sublime. Un fuerte abrazo, Sotirios.
Mil gracias, Sotirios, por pasarte y comentar tan amablemente. Otro abrazo para ti.
Juana, interesante historia de la sombra. Original y bonito relato.
Un abrazo
Celebro que te haya parecido interesante, Blanca. Muchas gracias por pasarte y comentar. Otro abrazo para ti.