42. A TRAVÉS DEL ESFUERZO EL TRIUNFO (Alicia Alguacil)
Siempre te sentiste inferior. No fui yo. Cuando te vi, no sabía nada de tu infancia, tu guerra con las miserias y los piojos. Te vi, como la persona que yo quería, con ganas de prosperar de luchar por un mundo mejor. Caminé a tu lado, creí que tu paso era franco, limpio y me enamore te ti.
Tú en cambio tenías un caparazón donde escondías tus miserias, tus miedos de infancia y tus dificultades. Ese odio amor que me tenías por venir de una familia acomodada. Tú habías vivido la dificultad financiera y culpabas a mi familia por ser banqueros. No me veías a mí, sólo tú envidia a lo que yo era.
Luchaste por quitarme de tu vida, yo no lo entendí. ¡Te quería tanto¡
Pero una tarde de abril, estabas triste. Para ti yo había sido una estrella y me veías muy lejana, aunque siempre te tendí la mano, tú no llegabas a alcanzarme, y esa estrella apago su luz y sin ruido murió.
Quien pone por delante de los afectos sus prejuicios, circunstancias, ambiciones o miedos, acabará por no poder querer a nadie, porque siempre hallará motivos para no permitir que prospere aquello que debería estar al margen de detalles El amor es algo tan irracional como inexplicable, surge donde menos lo parece o se espera. Tu protagonista dejó de lado el propio corazón y los sentimientos recibidos. El tiempo le demostrará su error en forma de vacío.
Un saludo y suerte, Alicia
Los prejuicios y el cerramiento a principios y complejos no son nada buenos. El ser humano debe estar abierto a cambiar, y a aceptar sin tachaduras a la persona que te ama, y si no, seguirás en la miseria de los pensamientos y la terquedad del egoismo. Suerte Alicia.
Alicia, como dicen Ángel y Manuel esos prejuicios impiden que ese amor sea sincero, que se convierta en realidad y en un sentimiento puro. Y si no se destierran terminarán con ese amor puro y por delante solo les quedará la soledad. Un abrazo.