ABR. 104. SALVADO POR LA LLUVIA, de Jose Vicente Pérez Bris
Acodado a una barra de tugurio, rumiaba penas con la copa vacía. El bolsillo rebosaba telarañas y el tabernero lanzando miradas suspicaces, alejaba la posibilidad del crédito. En el aire flotaba la desconfianza.
Para terminar de confabular las meigas, el cielo descargó un tremendo aguacero que no invitaba a pisar la calle. Cuando amenazaba con derrumbarme sobre el mostrador, la puerta del antro se abrió.
Lo que trajo la lluvia fue un ser insignificante, empapado. Sostenía una cartera ajada de contable. El tasquero se volvió para atender el pedido. Descafeinado, corto de café. El doberman tras la barra espetó que no ponía cafés. El lechuguino, protestó con voz chillona. Cuando estaba a punto de perder los dientes de un guantazo, agitándose mecido por el puño del dueño, descubrí un papel azulado pugnando por abandonar el bolsillo de su impermeable.
Entornando los ojos por la cogorza, lo atrapé con dedos temblorosos. Ajeno a la timba, lo desdoblé, descubriendo un talón por quinientos euros. ¡Y al portador!
Mientras me retiraba prudentemente a la esquina, el parroquiano abandonaba el local derrotado. El dueño me miró, retándome a un segundo round. Alargué el cheque con mano inocente y sacié deuda y sed por igual.
Jose, me ha gustado mucho tu historia. Creo que si escribes así puedes escribir cualquier novela de cualquier tipo, de miedo, de detectives, policiacas, de humor negro…
¡Enhorabuena!
Muchas gracias por tu apoyo.
Un abrazo
Jose