ABR.13. BENDITA LLUVIA, de Gloria Arcos
Recordaba los sentimientos que le habían despertado aquellas primeras lluvias de abril, de hacía 35 años, cuando era una grácil jovencita, ansiosa de conocimientos y deseos por despertar a la vida.
Un día como aquel, mientras observaba desde detrás de los cristales de una cafetería como caían las hermosas gotas de aquel preciado líquido, se dio cuenta de que alguien la miraba con curiosidad y ansias de conocerla.
Tímida e incómoda, a la vez que curiosa, bajó la mirada.
Afuera, la pertinaz y acostumbrada lluvia que enriquecía los verdes campos de su amada Galicia, seguía cayendo.
El hermoso joven, después de calibrar si debía acercarse, por fin se llenó de arrojo y osó hablarle.
Esas serían las primeras palabras que los unirían, en una historia feliz durante treinta y cinco años, hasta que una noche como aquella, una fuerte tormenta que atrajo a la muerte, acabaría alejándolos para siempre.