ABR.54. ME LO TRAJO LA LLUVIA, de Teresa Oteo
Hace días que no para de llover. Estamos en abril, lo sé, pero necesito algún trozo de cielo añil, algún rayo de esperanza al que aferrarme.
Sobre la mesa, un folio en blanco; sentado ante él, un hombre desesperado en busca de las palabras adecuadas.
Miro por la ventana. Tras los cristales solo oscuridad, la misma oscuridad que me envuelve y no me deja ver más allá. Apenas pasa nadie por la calle, los que salen deambulan rápido bajo sus paraguas sin detenerse, siguen su curso, como los ríos, como la vida. El sonido de la lluvia al caer me martillea la cabeza, no lo soporto más…; necesito parar, necesito que mi cauce llegue al mar, necesito descansar…
Continúa lloviendo, de pronto un deslumbrante arcoiris surcó el cielo. El sol se abría paso a dentelladas a través de la espesa cortina de agua.
En ese momento, el timbre del teléfono me sacó de mi ensimismamiento, era del hospital: “su hijo ha salido del coma”, me dijeron.
Mis lágrimas empaparon aquel papel en blanco que estaba destinado a ser una triste nota de despedida, y acabó siendo la dedicatoria de mi primera novela: Para Hugo, que me lo trajo la lluvia…
Muy bueno, al principio parece que cuentas la historia de un escritor desesperado por encontrar la inspiración pero hacia el final todo cambia. Me ha gustado, espero seguir leyendo mas cosas tuyas.
Qué bonita metaáafora, el paralelismo tan bien trazado hacia el inesperado desenlace. Muy bueno.
Ramón Alcaraz