ABR.59. LA REGATA EN SOLITARIO, de Rosa Molina
Llevo meses navegando sola, desde que mi gata cayó al mar. Recuerdo su pelo naranja, empapado, mientras yo izaba las velas de tormenta. El viento bramaba y la temperatura comenzó a bajar. La atmósfera era gris, húmeda y, con cuidado de no caer, me disponía a cogerla y bajar al camarote, cuando el agua la barrió. Miré a las olas como a víboras venenosas gritándoles que me la devolvieran. Nada. Cerré la escotilla hasta que amainara el temporal. Dos días, mil lágrimas.
El viento cede, el barco no cabecea. Comienza a llover débilmente. Un albatros se posa en popa. Mi presencia no parece molestarle y me siento acompañada. Cuando escampa, abre sus alas y sigue a las nubes. Lo trajo la lluvia y él la acompaña. Al calor del sol tallo un gato de madera y hablo con él. Sé que debo seguir sola, pero necesito hablar. Pronto atracaré en Malvinas y casi he olvidado mi voz.
Me llaman. La diálisis, como las borrascas, no da tregua. Debo controlar el rumbo, ser fuerte y seguir mi travesía. He decidido vivir así esta enfermedad, como una regata. Y voy a toda vela.
Me ha gustado. Imaginativo y febril. Has elegido un buen contexto para contar lo que querías, muy metafórico. Yo, por lo menos, me he ubicado en tu cuento.
Suerte, Rosa.
Gracias por tu opinión y por decirme que he conseguido cumplir con el objetivo de que te ubiques en lo que quería contar. Te agradezco sinceramente tu comentario y tus ánimos, Susana.
Me ha encantado lo bien que transmites la sensación de pequeñez ante una circunstancia tan dura como estar a solas con un mar embravecido.
Gracias por esta lectura.
M pierdo en «Lo trajo la lluvia y él la acompaña» ¿quién acompaña a quién? GRACIAS
Hola, yo quería decir que el albatros vino con la lluvia y, cuando las nubes se van empujadas por el viento, él se va con ellas. Lamento no haber sido capaz de dejar esto claro. Gracias a ti por querer entender este relato.
Comprendo la lucha para conservar la salud que concede el destino, la ventaja es que cuanto más se cuide la enfermedad que se padece, más se vivirá y, lo principal es ¡vivir!
Lns
Hola, es cierto que, a veces, ciertas situaciones de nuestra vida requieren una dosis de imaginación extra y ¿hay algo que requiera más atención y que sea más gratificante que una regata?, así que no es malo imaginar otra realidad que nos acompañe en la nuestra. Un saludo.
La idea de la regata en solitario y de la muerte del gato anegado en el mar durante una tormenta es una escena esencial en la película The Dove (1974)sobre la vuelta al mundo de un joven navegante, inspirada de un hecho real. La segunda parte de tu relato parece original.
Hola, no he visto la película que dices, pero lo de llevarse una mascota para que te acompañe es algo común en este tipo de aventura, lo he leído en muchos libros y me gusta la idea, por eso la utilicé. Me alegro que te guste la segunda parte. Gracias por tu comentario.
Rosa
LLevas muy bien la línea de flotación del relato, muy seguro, muy firme, aunque traaladas al lector con esa sensación de deriva que lo atrapa. Muy original.
Ramón Alcaraz