ABR.89. HE DE APRENDER DEL AGUA, de Nieves Martínez
Abrió la puerta con sigilo y se escapó. Como todas las tardes que amenazaban lluvia, subió a la azotea y se sentó a esperar junto a una de las silentes chimeneas. El viento, irregular y suave, mecía las sábanas colgadas en cadencias que anunciaban un cambio de tiempo. Nadie había subido aún a recogerlas. En los tiestos las flores temblaban como ausentes, indefensas y absortas en los últimos abrazos de unas luces que todavía recordaban el invierno.
Antes de la tormenta, ella cogió el cuaderno y escribió:
“ la luz viene despacio, prisionera, como si lenta alguien quisiera perseguirla y herirla bajo tierra. En las lluvias de Abril nacen las aguas nuevas que visitarán Mayo. Hoy quiero que en mis lágrimas la lluvia encuentre su reflejo. He de aprender del agua sus caprichos ; de cada gota el alma que la rige, su llanto silencioso…”
-Pero niña! dónde estás otra vez?
Aún escribió otra frase: “ la lluvia es un estado de ánimo”
Y guardó el lapicero en aquel saliente oculto del tejado, al amparo de una lluvia que ya había comenzado a iluminar el horizonte.
¿Guardas ese cuaderno?
Seguro que es parte de tu infancia.
Me gustaría que me lo regalases.
Muy bien Nieves.Me ha gustado mucho. No te olvides de donde has dejado el lápiz. Tienes que escribir uno cada mes. Ya me encargaré yo de recordártelo.
…y se escapó.
Subio más alto para lanzar su mirada mucho mas allá.
…niña! ¿donde estás otra vez?
-la niña estaba con ella. Aprendía a ser consciente de qué era.
Escritora con desbordante sensibilidad poética.
Palabras para los sentidos
Y siempre escritora de alma