ABR17. ENCANTAMIENTO, de Maricarmen Brun Martí
La fama de sus hazañas se había extendido hasta los confines del mundo.
Desde el día en que fue nombrado caballero, había cumplido al pie de la letra con su juramento: servir a su señor, defender el honor, deshacer entuertos, proteger a los débiles, restablecer la justicia…
En los torneos, con su lanza de fresno, no se le resistía ningún adversario.
Había librado a la pequeña princesa del maleficio que la malvada bruja le hizo nada más nacer. El rey, agradecido, le regaló un hermoso castillo…
Mató al gigante “COME OVEJAS” que estaba acabando con los rebaños de la comarca, sin que los habitantes pudieran hacer nada. Los dueños de los rebaños le regalaron algunas de las ovejas que les quedaban.
Libró a miles de doncellas de las garras del “DRAGON DE LAS SIETE CABEZAS”. Con la ayuda de su bien templada espada y su habilidad ambidextra, le cortó las siete.
Había acumulado infinidad de riquezas, trofeos, velos de seda y oro de las damas que suspiraban por su amor…
Lo que no acababa de comprender es: qué hacía él, al borde de aquel lago, cubierto de una piel verde y viscosa cantando extrañas canciones a la luz de la luna.
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El título es la clave. Un final inesperado para tan gran caballero.
Maricarmen, un cuento muy cercano a los niños. Suerte y saludos.
Precioso cuento medieval, Maricarmen.
Un fuerte abrazo, y suerte.
Si, no? Ya os comenté yo que todos los principes azules terminan siendo sapos.
…supongo que por aquí paso la bruja averías: nuestra Susana…
Muchas gracias por vuestros comentarios que siempre son bienvenidos.
Kistila no entiendo porque comparas a Susana con la bruja averías.
Saludos
vete al relato nº 5 de marzo y lo entenderás…
nada mas ver tu final pensé en ello y:
¡por descontado no comparo Susana a una bruja!…
es que es la explicación que se me vino a la cabeza al leer esta frase tan lograda de:
«Lo que no acababa de comprender es: qué hacía él, al borde de aquel lago, cubierto de una piel verde y viscosa cantando extrañas canciones a la luz de la luna.»
por cierto tu titulo también habla de «encantamiento» y delante tanta injusticia algo ha fallado… ¿o no?…
Kistila: ya he leido el relato de Susana-divertidísimo por cierto- y desde luego el caballero de mi relato pudiera muy bien haber caido en manos de esa bruja chapucera.
Al leer tantos relatos en este blog, algo se va quedando en el inconsciente de todos nosotros, que nos sirve de inspiración y a veces coincidimos en muchas cosas.
En cuanto a Susana nunca pensé que la comparases con una bruja malvada hay «brujas» muy saladas.