ABR85. EL MIEDO, de Tíndaro del Val
Recorre junto al paladín el sendero flanqueado por almendros bajo la atenta mirada de la guardia real. Una nube oscurece la tarde de verano cuando el Rey comienza a hablar.
“Hace varios días encontramos los cuerpos sin vida de los guardias del templo” hizo una prudente pausa para analizar su rostro. “¿Sabes algo de estos asesinatos?”
“Sí, mi Rey” sintió un leve ardor en la herida de su mejilla. “Yo maté a los guardias y profané el templo. Quería destruir el Oráculo, no soportaba la idea de que ella fuera sacrificada. Pero el templo estaba vacío, allí no había nadie.”
“No se puede acabar con lo que no existe” le dijo el Rey en tono paternal. “Envidio tu arrojo y tu valentía, pero no puedes parar un río tú solo.”
El caballero de la Luna Negra sopesó sus palabras.
“¿Para qué sirven entonces los sacrificios, majestad?
“Es el precio a pagar por mantener la paz y el orden en nuestro reino. El miedo es la muralla más alta que podemos construir. Es la única lección sabia que aprendimos de los antiguos pobladores de estas tierras. Creo que tu pueblo los conoce como los hombres del Segundo Milenio.”
Aaaaay, amigo Tíndaro, qué actualidad tiene tu relato. Ese muro del miedo nos tiene atrapados, y no sabemos quién es más peligroso si el enemigo o el sopechoso protector. Suerte en la mesa redonda, caballero.
Gracias por el comentarios amigo Abel. A mí personalmente el relato me parece un enorme truño.