ABR89. ANDANTE, de Alberto Teba Fernández
Es extraño. La imagen se formó en mi mente justo antes de que yo mismo actuara pero eso no me detuvo. Supe, antes de moverme, que ese cuchillo se llevaría mi vida.
Mi vida… mis seres queridos… no puedo despedirme. Mis alegrías, mis fracasos. Deseos, sueños, culpas y remordimientos… lamento tantas cosas.
Creo que fue la mirada del niño. Sí, eso fue. Su mirada horrorizada hacia el hombre que amenazaba brutalmente a su madre. Su sorpresa infinita empapada de un terror que solo los niños de su edad pueden sentir, pues ya distinguen el bien del mal pero aún desconocen el abismo de oscuridad que el hombre es capaz de desplegar. Una mezcla de horror, incomprensión e irrealidad, con la que solo los ojos de un niño son capaces de golpear en la más entumecida de las almas y hacerla reaccionar. Eso fue lo que ocurrió. Espoleado en mi interior por esa mirada, no tuve más remedio que actuar.
Ella intentaba protegerle con su cuerpo, mientras una súplica por su hijo moría sin llegar a salir de sus labios. En ese instante me abalancé sobre él, sabiendo que me vería antes de alcanzarle y que no dudaría en acuchillarme.
Alberto, el tema elegido es solidario y precioso, y la secuencia que cuentas de una descripción muy clara, se puede visualizar la escena. Suerte y saludos
Gracias Calamanda!!
He contestado desde el mail de mi mujer!!! 😀