97. Ace
Tras lanzar el Juez la moneda al aire, ella decide iniciar el partido con su servicio. Antes de comenzar con su saque, me mira, me sonríe, me arrebata. Pienso en decirle algo, o hacerle un gesto cómplice, pero prefiero no desconcentrarla. Es su primera final olímpica.
Bota la pelota con mimo, despacito, como si en esas caricias pudiera seducir a la esfera para ese punto. Todo ese ritual me excita, pero es, en esa manía tan suya de mojarse los labios con la punta de su lengua, cuando mi corazón bulle. Mantiene las piernas flexionadas, una más adelantada, el tronco levemente inclinado hacia adelante, eleva los brazos, el izquierdo con la pelota y el derecho con la raqueta, en armonía hasta el impacto. Fuerte, certero, letal.
El silencio del encuentro se rompe con su sonoro gemido que me hace estremecer. Cierro los ojos y veo su sudor golpeando mi pecho.
Son los aplausos los que como un jarro de agua fría me devuelven a la pista. La veo acercarse, clavar sus ojos en mí, atisbo entonces que quizá quiera la toalla, o que le pase dos pelotas.
Me ha encantado, Raquel. No es solamente divertido, es algo más. Te absorbe y no esperas ese final, que tan buen sabor de boca deja. Enhorabuena!!
Gracias Alberto.
Creo que el prota no se queda con tan buen sabor de boca, pero si contigo lo he logrado, me alegro.
Saludos
Cuántas veces creemos tener a nuestro objeto del deseo al alcance de la mano y casi nunca logramos alcanzarlo. Esperemos que a tu personaje su etérea idolatrada le corresponda con carnal reciprocidad. Me ha gustado mucho. suerte y saludos.
Creo que con soñarlo, el prota ya es feliz.
Gracias Jesús.
Raquel, leyéndote se siente uno espectador dentro de esa pista de tenis. Me ha encantado, mientras leía el microrrelato, pensar en el posible final que tenías preparado y que el verdadero desenlace fuese mucho mejor de lo imaginando. Bra-vo.
Gracias por asistir a esta «final olímpica». Ya sabes que en este tipo de «encuentros», el resultado puede sorprender.
Saludos
A mí, ese final me «sulibeya»!! jeje
Suerte Raquel!es muy bueno!
🙂
Jeje, a mí lo del sulibeya si no va unido a los perjúmenes, me suena extraño.
Gracias, Sandra. A ver si hay suerte.
Me estaba figurando ya una pasión desatada, pero al final tú si que nos devuelves a la realidad junto con este simpático recoge pelotas.
Me ha gustado mucho, sabes envolver con tus relatos.
Besos
El prota también imaginaba esa pasión. Quizás algún día…
Gracias Asun, besos de vuelta
Me encanta. Sin más.
Ese «sin más», lo llena todo.
Gracias
Eso intentaba. Si así lo has captado, me alegro.
Saludos.
Pero él ahí está…con dos pelotas, y ella puede que sólo quiera la toalla. Me huele a muerte súbita.
Mucha suerte Raquel, me encanta. Un beso
Jajja, me ha encantado lo de la muerte súbita!!!. Y eso que no me gusta el tenis!.
Casi tan bueno el comentario como el relato.
Un besote.
Auro.
Con lo bonito que era lo de la muerte súbita, aunque sólo fuera el nombre… ¿A quien se le ocurrió el nombrecito de Tie break? Ainsss,
Gracias chicas.
Besotes de vuelta
El tirón que tiene el tenis, esas falditas, esos gemidos, esa bola para acá y para allí, tantos preliminares, tanto tiempo uno frente a otro. Nunca se sabe quien va a ganar ni exactamente en qué terreno de juego.
(qué mala eres y qué buena, dicho sea de paso)
El tenis da mucho «juego», si.
Que vivan las chicas malas (entre las que te cuento).
Gracias, crack.