13. Admiración
Cuando la vio, supo que ella era la que siempre había soñado. Lo deslumbró con su belleza. Tras su aparente fragilidad, se advertía su firmeza. Se regodeó admirándola, era perfecta, ni un gramo de más.
Esbelta cual bailarina, supo al instante que era italiana, deseó abalanzarse sobre ella, sus manos ansiaban acariciarla, su blancura lo encandilaba, ¿Cómo podía existir algo así?
El hombre que la poseía no le permitiría tocarla, era muy cara a sus sentimientos, a la par que su orgullo, ¡cuántos lo envidiaban!
Dio un par de vueltas alrededor, sin quitarle los ojos de encima, incluso comentó su belleza con otro observador. La rodeaban muchas otras, pero ella se destacaba: era el blanco de las miradas.
Desde los altavoces anunciaron la partida, y hacia allá fue, se estaba por largar la carrera.
Él se quedó con su vieja bicicleta, admirando aquélla que, por su costo, le era inaccesible.
De vuelta a su vida no la pudo arrancar de sus sueños…
Eso sí es admiración hacia una bici. Ha sido gracioso la analogía con la admiración hacia una persona.
Gracias Lorenzo.
Toda una belleza de dos ruedas. La envidia de todos aquellos que la miran y desean y no podrán poseerla.
Bien podría tratarse de una hermosa mujer.
Gracias MaBelén, esa era la idea.
Lástima que todos sepamos de que va el tema este mes, porque colaría estupendamente hasta el final.
Es verdad Edita, pero no quedó alternativa.
Buen relato. Como dice Edita, sabiendo el tema del mes, se descubre el final, pero en cualquier otro concurso, tendríamos suspense hasta el final.
Gracias por tu comentario Blanca
Luis Alberto, trasmites ese sentimiento que despierta algo muy deseado fenomenalmente. Suerte y saludos
Siempre deseamos los bienes ajenos, más aun la belleza que puede ser una mujer o una bicicleta…
Gracias Calamanda. Un abrazo.
Hola, Moli.
Cuántas veces nos suceden cosas similares! Pero, creo que en la vida nunca llegamos a tener todo aquello que ansiamos.
Me da penita la frase final: «De vuelta a su vida no la pudo arrancar de sus sueños…»
Un abrazo para tu protagonista y otro para ti.
Tienes razón Towanda, siempre soñamos (menos mal así sea).
Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.
¿Queeeeeeeee? Todo eso te parece mi relato? Guauuuu! jamás lo imaginé.
Gracias amiga, un abrazo.
Moli, un relato que pierde fuerza al estar bajo el tema del mes. Fuera de él nos induce a la admiración por una mujer hasta que en presencia de su marido se le quiere tocar, descoñocaz al lector y luego se descubre que una bici. En definitiva, gustara más fuera de concurso.
Gracias Javier, es un relato que tenía en mi blog y como daba para el tema lo publiqué.
Un abrazo amigo.
Vuelta a la realidad, qué le vamos a hacer. La bici debía ser toda una preciosidad y no cabe duda de que tu protagonista un gran amante del ciclismo. Muy bien contado Moli. Suerte y abrazos.
Gracias amiga, las bicis y las mujeres son mi debilidad. Esta era tan perfecta que podría compararla contigo.
Un abrazo
Luis, mi «admiración» por la original personificación de esa bicicleta tan deseada como inalcanzable. Abrazos y feliz verano.
Gracias Salvador. Aquí en Argentina el frío está a la orden del día este invierno.
¿Quién no se ha prendado de alguna bicicleta a primera vista? O de alguna mujer.
Me ha encantado. Suerte.
Es verdad Ton de ambas.
Molí, no le quita valor al relato que todos sepamos con antelación que va a ser una bici, el relato está bien llevado.
Por otro lado, cuidado con desear cosas materiales imposibles. Bueno, aunque por otro lado peor es desear un amor imposible.
Vaya que no me aclaro ¿no?
Un abrazote y felicidades
Soñar no cuesta nada Javier.
Un abrazo y gracias.