43. AFINES
Como había perdido el habla no le resultaba fácil dar compañía. Solo toleraba la silueta distante de un gato bizco, enclenque, que había sobrepasado el umbral de su séptima existencia. Se evitaban, aunque a veces por descuido, entrelazaban sus sombras cuando erraban por el caserón. El viejo no jugaba desde lo del accidente. Le daba algo de ansia cuando llegaban los campeonatos; pero buscaba entretenimiento y se olvidaba. Una tarde vinieron a buscarlo. ̶Hombre, no dejes pasar la ocasión, además ha preguntado por ti. Aunque los echó de casa no paraba de darle vueltas. El día señalado se caló la gorra y apareció en el casino. Enseguida se vio sentado frente al adversario; las figuras impacientes en el tablero, el corrillo apiñado. Mataron a los peones prescindibles, dejaron actuar a damas y alfiles. Con la ventaja consumida, pensó en un ahogado, para salvar el tipo. Desde una arista fría de la sala lo observaba el minino estrábico, que exhibía sus garras quebradizas. El anciano lo interpretó como un exhorto a la batalla. Aguzó los sentidos, calculó, transpiró, embistió; pero acabó perdiendo. Recogió la boina. Seguido por el felino endeble, abandonó derrotado el penúltimo combate de su vida.
Hola, Mei.
La historia de dos perdedores contada dentro de una atmósfera como flotante, no sé si atreverme a decir onírica, nebulosa. La vida es un tablero de ajedrez, sin duda, y una batalla en la que solemos perder, como el viejo y el gato, más que resultar ganadores. Siempre queda la última, hasta que ya no queda nada. A la octava va la vencida, hasta para el felino. Un texto extraño pero muy atractivo. Enhorabuena y un beso.
Mei, tu relato sabe a amargura, a acabamiento, a muerte. Está muy bien lograda esa ambientación, relacionando la historia con el ajedrez.
Me ha gustado mucho. Enhorabuena.
Un abrazo.
Me ha encantado esta historia de perdedores: una anciano y un gato estrábico. Ayer precisamente estuve viendo Reikiavik, que también trata de una partida histórica de ajedrez y leer tu cuento me ha parecido una casualidad que quizá sea premonitoria de tu triunfo.
Me encanta la atmósfera tétrica que has dibujado con el léxico perfectamente seleccionado y el ritmo justo.
El penúltimo combate de su vida ha sido esa partida de ajedrez, que no ha rehuido; el último, será la misma muerte. Ya no le quedan otras vidas alternativas, como a ese gato, que viene a ser su alma gemela, incluso, su consejero. Aunque no lo reconozca, ambos son realmente afines. Al menos, saben que se tienen el uno al otro. El final es inevitable para todo lo que vive, pero en compañía de un semejante en parecidas circunstancias, que comprende nuestra situación porque también es la suya, se debe de llevar mejor.
Un abrazo, Mei. Suerte
Veo a los protagonistas de este bello pero oscuro y desesperanzado texto como un trasunto de esos viejos matrimonios de vuelta de todo, con sus piques constantes pero que no sabrían que hacer el uno sin el otro. Saludos y suerte, Mei.
Un gran perdedor, y una gran atmósfera la que has creado. Desde luego, consigues darle muchisima peofundidad al personaje. Enhorabuena y suerte !!
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Mei, consigues una buena historia con la tension adecuada y ese final esperanzador, puede serlo, de la penultima. Suerte y saludos. feliz 2017
La última partida de ajedrez será con la muerte, sin duda. Buen relato, Mei.
Suerte y abrazo