AGO104. DONDE ROMPEN LAS OLAS, de Rafa Heredero García
Desde allí arriba, superado el vértigo, la mujer contempla ese mar de aguas oscuras y frías. Ha terminado de cargar en un velero el último lastre que como un ancla impide su partida: las tardes de verano de su infancia, la cicatriz del primer amor que todavía le gusta acariciar, la emoción del día de su boda, las risas de sus hijos cuando eran pequeños, la melancolía que la acompañó viéndolos crecer…, pero lo más difícil al final ha sido hacer hueco a las lágrimas que va a provocar.
Con su aliento hincha las velas, lo ve alejarse reticente, y antes de que un soplo de remordimiento lo haga cambiar de dirección, derriba la silla en la que está subida. La soga se tensa cosida a su cuello, cruje con voz de animal herido y corta, como un cuchillo, la angustia, el miedo, la esperanza. El cuerpo se estremece anticipándose al frío que le espera, y cae, blando, donde rompen las olas a cuyo suave vaivén se abandona ya sin pesar.
Un silencio azul tiñe la estela del pequeño velero, que ahora, con las velas inertes, navega sin rumbo tras la oscura noche del horizonte.
(CONCURSA CAN)
Qué bonito relato Rafa, cuánta tristeza debe acumular para tomar esa decisión y qué bien la plasmas.
Suerte y un abrazo.
Agradezco mucho tus palabras, Yashira, sobre todo para un relato como este.
Muchísima suerte para ti también y otro abrazo igual de fuerte.
Rafa, me ha venido a la mente Lope de Vega-
¡Pobre barquilla mía,
entre peñascos rota,
sin velas desvelada,
y entre las olas sola!
Emotivo, pero deberías haber animado a tu protagonista a esperar a Septiembre, mes de los melancólicos. La comprenderíamos mejor.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu comentario, Jesús. En septiembre trataré entonces de animar a los melancólicos, aunque nunca se sabe lo que nos propondrá la fruta madura.
Muchísima suerte y un fuerte abrazo para ti también.
Si ni las risas de sus hijos ni los recuerdos felices le anclaron a la vida es hora o de encontrar un apoyo o de navegar al más allá. Un relato de los que me llegan.
Un abrazo.
Muchas gracias, Susana, por tu comentario. Me alegro de que te haya gustado.
Un saludo y muchísima suerte este mes, Valentina.
Uff, qué relato tan duro…y tan bonito a un tiempo. Felicidades por él, trasmitir tanto con tan pocas palabras es muy difícil.
Saludos.
Paloma Hidalgo
Paloma, lograr emociones con palabras es algo a lo que tú nos tienes muy acostumbrados (sin ir más lejos, fíjate en la caja de zapatos), así que imagínate cómo valoro tu comentario.
Un fuerte abrazo y mucha suerte.
Es un relato muy triste y a la vez hermoso. Es una pena que haya personas que no valoren lo bueno que tiene la vida.
Que tengas suerte Rafa, un saludo
Hola, José Ángel. Muchísimas gracias por pasarte por aquí, por tus palabras y por tus deseos.
Que tengas también muchísima suerte con tus relatos.
Saludos.