AGO114. LO BUENO POR CONOCER, de Isabel López Soriano
Éramos veintitantos y ninguno de nosotros conocía muy bien la región. Sin embargo éramos intrépidos y valientes. Nos gustaba cargar con nuestra comida a cuestas y con los materiales que nos podrían venir bien para improvisar un campamento con posibilidad de convertirlo en definitivo, si resultara conveniente.
Aquella mañana nuestra expedición estaba bien provista. Nuestras obreras habían dado el do de pecho cargando con un peso extra a lo usual en su jornada de trabajo. Al llegar al campamento base las exploradoras salieron y tras una meticulosa inspección, como es su costumbre, nos informaron de la gran posibilidad del lugar. A todas nos pareció una gran idea porque éramos plenamente conscientes de la ruina en la que en un futuro muy cercano, se convertiría nuestra casa.
Nos pusimos manos a la obra: túneles de aprovisionamiento, celdas de noche, entradas y salidas, cámaras reales, etc.
Una vez el proyecto hubo tomado consistencia, los exploradores volvieron a informar a nuestro núcleo original.
Regresaron días más tarde con aquellos que, como nosotros, consideramos que es mejor lo bueno por conocer que lo malo conocido.
Elegimos a nuestra joven Reina, distribuimos las funciones y empezamos nuestra vida en nuestro nuevo hormiguero con una gran ilusión.
Isabel bien contado todo el proceso. Suerte y saludos
Muchas gracias!
Isabel parece que has estudiado concienzudamente la vida de las hormigas, esa impresión me ha dado. Como una crónica de la creación de un nuevo hormiguero.
Felicidades.
Ja, ja!, no tanto. Sí cursé hace tiempo estudios relacionados con la flora y la fauna pero de hormigas no tengo ni idea.
Muchas gracias!
Una vuelta de tuerca al conocido refrán de preferir lo malo conocido, como hacen los poco osados o nada aventureros. Quizá a veces merece la pena arriesgarse.
Si te interesa la vida de las hormigas puedes consultar un libro que se titula así, precisamente, «La vida de las hormigas», del premio Nobel Maurice Maeterlink.
Un saludo y suerte a fin de mes.
Algunas reinas humanas deberían buscarse un oficio como lo tienen las reinas de las hormigas y las abejas. Buen relato,¡suerte!
Saludos.
Muchas gracias!
Creo que siempre es bueno no oír al miedo susurrándonos y cambiar los refranes si hiciera falta, como en este caso.