AGO152. CRISTALES ROTOS, de Xavier Blanco
Te marchaste en la noche diciendo que te ibas a tirar por el acantilado. Eso creo. Siempre las mismas amenazas, siempre los mismos llantos, pero hace tiempo que tus imprecaciones solo me sirven de arrullo. Me quedé dormido. Ahora ni siquiera puedo abrir los ojos, alargo la mano y sigo tu contorno sobre la sábana; presiento tu cuerpo casi tocándome. Quizás no te has ido, pero estoy seguro que escuché la puerta. La ventana está abierta y hace frío. Me concentro en el ruido de unos gritos que llegan desde la calle. Tiemblo, tengo el cuerpo lleno de hormigas; intento abrir los ojos, levantarme, avanzar, pero ni siquiera puedo apartar la tela de araña que me obstaculiza el paso. Todo está lleno de cristales rotos. Me siento en el borde de la cama, la araña se acerca. No puedo respirar.
Cierro los ojos y te busco con mis manos, intento agarrarme a uno de tus brazos; intento acariciarte, pero tienes el cabello chorreando y la cara destrozada. Al final consigo asomarme a la ventana, la oscuridad está infectada de luces amarillas. Distingo un cuerpo de mujer sobre las rocas. La gente se arremolina.
Xavier, es la crónica de una muerte anunciada. El poder de adaptación de los huimanos a cualquier noticia repetida, la que sea, es increible; hacemos oidos sordos a la mismisima muerte. Bien contado en sus imagenes. Suerte y saludos
Xavier, con esa maestría que caracteriza todos tus relatos, nos cuentas una historia terrible. Sabes conjugar las sensaciones del narrador con metáforas de insectos. Genial.
Y al final se tiró.. y no por previsible menos interesante, todos morimos y lo sabemos pero lo importante es lo que uno cuenta antes, como en tu relato.
Suerte Xavier
Dicen los psicólogos que siempre hay que ponerle atención a las amenazas de suicidio. Una narración muy fluida, suerte.
Saludos.
Una pesadilla hecha realidad…
Magnífico.
Un abrazo
María Estévez
Como siempre Xavier, me dejas boquiabierta, nos cuentas una historia terrible con tanta maestría que nos arrulla. Esas arañas y esa muerte presentes en la misma cama. Terrible.
Mucha suerte, tu relato es de 10. Abrazos.
Al fundir en tu relato el presente de telarañas con el suicidio consumado me haces sentir cómo le reconcome el remordimiento al protagonista. Parece como si la historia estuviera escrita sobre la llaga.
Un abrazo.
Nos has regalado otra historia para disfrutarla leyendo y releyendo: los matices parecen inagotables. No dejas de sorprenderme.
Un abrazo y suerte.