AGO155. ENTOMOLÓGICA, de Rubén Pesquera Roa
El traficante le reiteró que nomás así: toda la colección a cambio de este ejemplar único.
Ya en su gabinete, el profesor se puso a contemplar aquella mariposa de tonos pastel más bien simplones. Con angustia, pensaba si en realidad habría ganado con el sacrificio de sus más de treinta mil especímenes, reunidos a lo largo de media vida.
—¿Entonces qué? —Le dijo el insecto, algo impaciente—, ¿valí la pena?
Vaya, debió de ser un valioso bicho, aunque sospecho que el profesor ya estaba arrepintiéndose de su trueque.
Un saludo
Juan M
Me encanta la aceptación de su papel del insecto. Qué humildad y resignación, pero qué orgullosa de su valor.
Es interesante Rubén.
Suerte
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Rubén, un placer encontrarte a este lado del charco. Mucha suerte a tu mariposa parlanchina. ¿Cómo no iba a merecer la pena el canje? Un abrazo.
Simpático relato.
Enhorabuena y abrazos
Uhmmm…pues me ha llamado bastante la atención. Me encantan los finales sorprendentes y este tiene además un toque de humor. Me ha gustado, y creo que lo recordaré una buena temporada.
Abracísimos.
Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!! Ha merecido la pena. Muchísimo!! Un abrazo.
Gracias a todos por leer.
Redondo el relato, sin contemplaciones. Que la mariposa tuviera colores simplones me parece básico para el significado del micro.
Un abrazo.
Somos tan inconformistas que seguro que el profesor esperaba que supiera latín por lo menos.
Saludos y suerte.