AGO157. CHEF – D’OEUVRE, de Jerónimo Hernández de Castro
El chef se inclina sobre su obra, sin que de su riguroso examen escape ni una brizna de cebollino fuera de lugar. Pronto emitirán el veredicto y la prestigiosa y cercana estrella en juego podría venir a identificarle como uno de los grandes. ¡Si el abuelo levantara la cabeza! El fundador del restaurante familiar estaría orgulloso de su nieto que, con la incorporación de nuevos conceptos de la diversidad cultural del planeta, había renovado técnica y elaboración de producto para poner la antigua casa de comidas en la vanguardia gastronómica.
Próximo al gran momento, no podía olvidar al amor de su vida, ella que jamás se apartó de su lado y a quien cautivó con un discurso de sabores para alcanzar su corazón, enamorado desde el paladar. Con una pizca de tristeza lamentó que el plato decisivo no sería nunca servido a su amada pero no disponía de un segundo más. Su obra maestra estaba a punto para emplatar y los rigurosos jueces Michelin aguardaban en el comedor: Crujiente de cucarachas sobre verde caramelizado de saltamontes tiernos.
jajaja, me gustó Jerónimo.
El plato suena genial, innovador y apto para cocinas de altos vuelos.
Cautivó con un discruso de sabores.. genial frase.
Suerte
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Gracias amigo Montesinos. Me alegra que te haya gustado el relato (del plato mejor no decir nada) Ojalá cautive al jurado
Un abrazo
Jero, no me gustaría ser juez de esa competición! Yo soy muy tradicional y aburrida para estas cosas, prefiero un huevo frito con patatas 🙂
El final me ha traído a la memoria un relato de Cortázar, creo que era «Circe». Saludos y suerte.
Yo también Ana jejeje pero hay que salirse de la rutina. No conozco el relato que me dices pero me lo apunto. Un abrazo
Te dejo el enlace: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/circe.htm
Hola, Jero. El azar vuelve a hacer que nuestros relatos estén próximos en el espacio, que no en méritos, pero en fin, espero que algo se me vaya pegando.
Suerte con este menú a la moda más rabiosa de los nuevos chefs televisivos. El tuyo, al menos, no peca de mediocridad, desde luego. Saludos.
Eres muy amable Eduardo. Un abrazo y toda la suerte con tu relato
Jero, por fa dime que no consiguió la estrella michelín… agggg si paso por Salamanca elijo yo el restaurante que no me voy a fiar de ti. Me gusta como gira el texto al final, pero me temo que sabiendo el tema del mes ya me esperaba alguna delicatesen de esas. Ah esto, la novia exactamente de que murió¿? ay no se si quiero oir la respuesta, abrazo compañero.
Y yo que pensaba enamoraros con mi discurso de sabores jejeje. La novia murió de aburrimiento porque el chef no saía de la cocina. Abrazo compañera de fatigas
Como soy mal pensada, la primera parte del micro no me desanima a pensar en que la novia fuera el ingrediente principal, el crujiente de cucaracha. Yo creo que van por ahí los tiros.
Un abrazo.
Qué bueno! Desde luego me ha quedado más abierto de lo que pensaba. Interpretación más sutil que la redacción. Un beso Susana
Yo creo que su amada murió de indigestión, o fue transformada en bicho viviente que merodea por las sucias esquinas de la cocina, alimentada por los restos de otras «chef d’oeuvres». Esta, en concreto, no la probaría: supondría canibalismo. Enhorabuena, Jero, me ha gustado mucho.
Gracias Fernando. He estado fuera y ando un poco tardo en las respuestas. Voy ahora mismo a leer los relatos Un enorme abrazo
Si cautivó a su amada con platos de este estilo y luego ella se dio cuenta de lo que le servía, no me extraña que que lo dejara. De todas formas habrá que esperar a lo que digan los gurús michilenis.
Saludos y suerte.