AGO45. ROMPEOLAS, de Cristina gonzález Prieto
No quedan días de verano para pedirte perdón… Una bella letra de una canción con múltiples significados para mí. Otro agosto más, diferente al del año anterior. Nunca sabes las vueltas que puede dar tu vida…nunca sabes que puedes regresar a un camino que abandonaste hace mucho. Nunca un atardecer me ha parecido tan hermoso. Sentada en las rocas, notando la brisa mover mi pelo, respirando el aroma del mar… Sentada viendo el azul más hermoso que jamás soñé que mis ojos podrían ver. Que bello me parece ahora todo. A mi lado esta él. ¿Y quién es él? No es más que la otra parte de mi alma la cual perdí hace ahora un año y que nuevamente el destino le ha puesto en mi camino. Hoy es un día cualquiera, no tiene nada de especial. Una caña de pescar, las olas romper contra las rocas, la luna y las estrellas iluminando una noche de verano y a mi lado la mejor compañía que jamás pensé que podría volver a tener. Simplemente es un sentimiento ñoño de una tonta enamorada que nunca creyó en los cuentos de hadas. En mi corazón, un azul marino que nadie me podrá arrebatar.
¡Superar los sufrimientos del amor y descubrir la felicidad cotidiana, la normalidad de ser feliz! Me gustó muchísimo el mensaje de tu relato. Y no tienes que pedir perdon. Todo tiene un sentido, aunque aveces no lo entendimos a su tiempo.
Suerte.
Narras muy bien lo que se llama la fase del enamoramiento. Como dice Nicoleta, ni perdón ni nada, a disfrutar de esos momentos. Ojalá le duren mucho a tu protagonista.
Un abrazo.