AGO63. LA CARACOLA, de Maricarmen Brun Martín
Amaba el mar. Disfrutaba contemplando sus aguas azules y plácidas, en las hermosas mañanas del mes de Julio e inspiraba profundamente el intenso olor marino que desprendían las algas, depositadas en la playa durante la bajamar.
Un día, paseando por la playa, encontró una preciosa caracola, cuyo nácar de tonos irisados, resplandecía bajo los rayos del sol. –Me la quedaré, así podré tener el mar siempre conmigo- se dijo.
Pasado algún tiempo, en las profundidades del océano, los reyes del mar celebraron una gran fiesta. Todos los invitados debían acudir con sus mejores galas.
Cuando llegó el día señalado, la reina del mar apareció espléndida. Pero el rey notó que le faltaba algo y le preguntó:-¿No luces la preciosa caracola que te regalé?
-La perdí en la playa- contestó apenada.
Inmediatamente, el rey del mar, convocó a todas sus vasallas las olas y les ordenó que buscaran por mares y océanos aquella preciosa joya.
Desde aquel día, las olas rastrean incansables todas las playas, los mas abruptos rincones y acantilados del planeta, sin haberla encontrado, mientras que ella la guarda en su escritorio como su mas preciado tesoro.
Muy imaginativo y ameno.
Me pasa por la cabeza que el rey del mar sabe ya que fue la luna quien robó la caracola y cada seis horas trata de alcanzarla.
Un saludo.
…y muy bonito y poético el comentario de Jesús… completa de maravilla el cuento de mari carmen
Yo tengo unas cuantas caracolas muy bonitas de adorno.Ahora que lo p[ienso… a que reina perteneceran?
¿Cuántos pequeños tesoros tendremos guardados sin saberlo? ¡Qué grandes se vuelven los recuerdos cuando los aviva el deseo! Poética y hermosa leyenda.
Maricarmen, un cuento muy ameno, de sirenas y del reinado del mar, tesoros robados, la leyenda de las olas, todo envuelto en las irizaciones del nácar.
Un abrazo.
!Madre mía! !cuánto pueden dar de sí los veraneos de la infancia!Muchas gracias por vuestros bonitos comentarios.
Maricarmen
Tengo en una caja varias caracolas que he ido recogiendo desde pequeña, pero no se las pienso devolver al mar, que las tengo cariño. Que sigan las olas bañando las playas. Un relato muy original, Maricarmen.
Un abrazo.