AGO72.AZUL CRISTALINO, de Alberto Quiles
Azul marino cristalino sus ojos clavados en los míos, cavilantes y enigmáticos.
Clara como mar calmada era su sonrisa, despampanante, divertida y aún así sumisa.
Tensa ahora su garganta, roja de de sufrimiento.
Su mano era firme, apretando la mía y constantes los movimientos tirantes y sufridos.
Fue el momento de los aspavientos, los chillidos y de algunas palabras que mejor no mencionar.
Sin darme cuenta, llegó la calma, esa calma tan deseada. Llegó entre suspiros y llanto, apareciendo sin espanto y enamorando los sentidos.
Y entonces, la sostuve entre mis brazos. No puedo describir la sensación que fue sentir su tacto.
Con varias lágrimas describí en mi memoria su trazo, su forma y fui grabando en mi retina, ese premio que te da la vida.
Por un sólo momento, despertó. Y aún tengo grabado a fuego aquel momento en que sus ojos, azul
cristalino, se clavaron en los míos.
Quizás no delimitas del todo los distintos personajes, pero desde la llegada de «ella», hasta ese final cíclico, es realmente hermoso y muy bien narrado, con toda la fuerza de los sentimientos.
Suerte.
Muchas gracias Antonia, me alegro que te gustase.
Con respecto a los personajes, intenté describir desde la perspectiva de un padre, primero a su mujer y luego a su hija, no pensaba que pudiera crear cierta confusión.
Un saludo y suerte Antonia.
Alberto Quiles.
Lo has clavado Ana. Esa era completamente mi intención.
Un saludo y suerte, Alberto.
Aunque la descripción de los ojos ya entra dentro del acompañamiento en el parto, son los primeros instantes.
Alberto