AGO73. AMOR PARTICULAR, de José Vicente Aracil Lillo
Días atrás capturó una hormiga soldado. La guarda en un pastillero de nácar que le cogió a su madre. Una mañana, mientras se supone que estudia, la suelta sobre la página 165 del libro de Biología. En esa página aparece una lámina de un ser humano sin piel, con las tripas abiertas. La hormiga entra por su pie izquierdo. Esa misma tarde, durante las clases particulares, dejará caer un lápiz al suelo y rozará con su mano el pie izquierdo de su profesora adolescente. Cada día repite el juego. Una mañana la hormiga perfora la página. Se mete dentro de la cabeza de la figura desollada. Por la tarde, interrumpiendo a destiempo sus explicaciones, el niño le dice a su profesora que se ha enamorado.
La hormiga muere. En el pastillero hay un punto negro y quieto. Es la madre de la chica la que llama para decirle que no vuelva, que a su hija le ha surgido un imponderable. El niño busca en el diccionario la palabra Imponderable: “Que no puede pesarse”, lee. Y sin embargo él siente que se hunde de tanto peso. Hace un agujero y entierra el pastillero de nácar. Con la hormiga soldado dentro.
Hola, vecino de arriba. Fantástico relato, me han encantado los paralelismos y como se trenza la historia alrededor de tan pocos elementos: la hormiga, el libro, el niño, la profe. Me encanta que la hormiga sea soldado, el pastillero y el imponderable. En fin, calidad. Voy a tu blog.
Es un relato que me atrapa de principio a fin.
Felicidades
Hola, José Vicente. Me gusta tu original relato sobre los siempre difíciles amores infantiles. Hace falta siempre ser más que un soldado y tener más que paciencia para que no te hagan daño. Está muy logrado el simbolismo del entierro.
Saludos y suerte a fin de mes.
Difíciles amores infantiles, siempre aspirando a lo inalcanzable, y difícil trabajo el de la hormiga soldado. Un abrazo. Gloria
Felicidades. Me ha encantado el relato. He leído tu blog. Brillante. Haces parecer tan sencillo el arte de relatar…un placer leerte. Gracias.
Felicidades. Me ha encantado el relato. He leído tu blog. Brillante. Haces parecer tan sencillo el arte de relatar…un placer leerte. Gracias.
Fue bonito mientras existió. Emociones de adolescente despertando a las sensaciones.
Suerte.
Alba: Hola vecina de abajo, yo también he visitado tu blog, jo, cómo os lo montáis. Por cierto, antes de salir he apretado un ombligo.
María Rojas: gracias por dejarte atrapar.
En fin, gracias a todos, también por visitar mi blog, algo abandonado últimamente.
José Vicente, el mundo infantil, sus realidades y fantasías; tu relato, original en sus imágenes tanto como reales. Suerte y saludos
Cómo me alegro de verte por aquí, Pepe Lillo!!!!
Además, lo tuyo ha sido llegar y besar el santo, porque esto huele a podio, supongo que lo sabes. Lo tuyo es calidad, Pepe, y eso ya se nota en las dos primeras frases. Un relato para degustar.
Contento, muy contento de que entres en al familia ENTC.
Un abrazo ventaniano.
Un placer verte también por aquí, Jomarra.