AGO77. JUAN MANUEL, de Mayte González-Mozoz
A solas, mirando por las rendijas de la persiana, era su forma de pasar las siestas. Conocía horarios y costumbres de animales, vehículos y a Los Rodríguez de enfrente. Él, que en sus mejillas guardaban el salitre de lágrimas cotidianas. Era sonriente, grande y tenía alma de juglar. Aquel atardecer rojo, reunió todo el valor que en su sangre vertieron cien pueblos, y agarrado a su pequeño catamarán de vela, regalo de Reyes, se encaminó donde el mar besa la arena. Allí, donde el bullicio de niños alegraba el corazón. Desconociendo que él dejó de serlo treinta años atrás. Ellos le miraban con menos condescendencia que los adultos. Subyugado por azul marino, y con el Levante empujó al mar su barca y se fue tras ella. Sin saber que nunca le enseñaron a nadar.
(CONCURSA CAN)
Es tierna la historia y con su poesía. Transmites sentimientos, y eso es importante.
Felicidades.
Gracias Antonia, ése, pienso, es el fin de la literatura.
Me suena a la canción de Mediterráneo. Será por eso el título?
Precioso. Emotiva historia de un disminuido psíquico.
Entre conocer y desconocer, has creado un personaje vivo, auténtico en su inocencia, «subyugado por azul marino». Tu relato llega al corazón, Mayte.
Un abrazo.
todo un homenaje joan manuel, muy chulo
Muy buena historia que da para un relato largo o novela. Bien tramada pese a la tragedia. Suerte
Otro relato con la calidad de ser premiado. Mucha suerte para que autores como Mayte nos sigan transportando a sus mundos.