AGO83. ÚNICO SUPERVIVIENTE, de María Teresa González
Estiró su cuello para que la mirada se llenase del mar al golpear en su costa adorada. Imaginaría la luz juguetona penetrando hacia las algas, al fondo; donde se fue casi todo. Lanza a la brisa ungida de luz el reproche de la tragedia, al aroma cercano de mejillones, y al Azul. Quizá por última vez el piloto contemplaba solemne aquellos azules marinos hasta la lejanía, donde comienza la línea del horizonte y el matiz blanco adquiere protagonismo. Allí, en el cielo otros azules distintos, una hipérbole azul.
Nunca le abandonó el momento en que la tormenta impuso su poderío, cuando en forma de lametazo le dejó el salitre en las entrañas. Instante, que el destino decidió salvarlo a él, para que lo pudiera contar. Loco, desde entonces, y sin echarse a la mar. Y desde tierra, en esa hora mágica en la que los dibujos de la arena se convierten en jeroglíficos, y el sol sumerge su disco antes de que las estrellas acribillen el otro azul. Él, se había ahogado en alcohol.
Ya era marinero antes de nacer.
Poética crónica de un naufragio. El tono nos acerca a la tragedia de un marino, azul sin duda.
Me gusta lo que calla. Lo que dice sin palabras, poniendo en el lector la terminación. Como la muerte del prota.
Hondo y precioso, como el mar.
Suerte.
Cuánto dolor en ese superviviente, no sé si quizás hubiera preferido morir con sus compañeros a sobrevivirles, como dice para contarlo.
Hermoso tu relato María Teresa. Mucha suerte.
Gracias. El haber llegado a vuestro corazón ya es un premio. La meta de la literatura.
Temazo. Muy conmovedor, sin rozar el sentimentalismo. Transporta al lector. Bien dosificado lo que se cuenta y lo que no.
Suerte
Digno relato de ser premiado/seleccionado al menos. A la gente del mar nos llega.
Es muy lírico tu relato. Lo único que tendría como pega es el empleo de la palabra hipérbole sin más. Normalmente se utiliza la figura retórica pero la palabra en sí no tiene más significado que el que le otorga la RAE.
No obstante, tampoco es que esta altere en demasía el resto del relato. Suerte, Mª Teresa.
Gracias Roberto. Precisamente como figura retórica la llevo al relato «para exagerar la cantidad de Azules» que después de tanta descripción cierro y acentúo metalingüísticamente con ella.
Es probable que lleves razón. No soy filóloga, eso lo dejo para críticos, especialistas, etc.
Mi cometido, como creadora, es llegar al corazón con algo bello.
Un saludo.
Muy bonito, Teresa. Estoy de acuerdo con los comentarios anteriores. Sigue así.
Mucha suerte en el concurso.