AGO89. NO ME MIRES, de Raúl Guadián Delgado
Un segundo. Ese fue el tiempo durante el cual se cruzaron las miradas del niño y el saltamontes en lo que resultaba un enfrentamiento entre la emoción y el miedo. Y un segundo, solamente un segundo después… supo que, encerrado en la diminuta jaula, daba comienzo la peor de sus pesadillas.
Orgulloso, mostró su presa a un padre que la observó con la escasa curiosidad de quien ya conoce lo que ve.
—“Se trata de una cría, así que ya sabes las condiciones si quieres conservarla”.
Efectivamente sabía lo que debía hacer para evitar que su madre, a la que repugnaban ese tipo de mascotas, le obligase a devolverle al lugar donde le atrapó.
Por eso, cuando a medianoche el niño se puso a sollozar, el pequeño saltamontes le escondió en su cuarto y le echó un poco más de pan, esperando que su madre no se hubiese despertado.
Y, suplicándole que callase, sus miradas volvieron a confrontar sensaciones… durante un segundo que resultó eternamente angustioso.
Interesante inversión y juego de miradas. Queda abierto a múltiples posibilidades.
Un saludo.
Yo tambien había caído en la trampa, como el niño. Muy original. Nuria
Raúl, me trae a la memoria un relato de J. Cortázar, «El axolotl», construido en la misma idea de la fascinación de las miradas y del cambio de identidad. Me ha gustado.
Suerte.
Muchas gracias a todos por interesaros por el relato. Nicoleta, prometo leer el relato de Cortázar que comentas, no me suena de nada. Gracias. Chao.
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/axolotl.htm
Ahí podrás leerlo. Te lo recomiendo por fascinante.
Sí, ya lo leí y me encantó. Muchas gracias por la recomendación. A todos los demás, de nuevo gracias por deteneros a leer el relato, de veras. Chao.
Me gustó el relato de originales miradas.
Abrazos.
Raúl, la química cuando actua es milagrosa. Buen juego de personajes. Suerte y saludos
Que buen relato! Ese cambio de roles, es como para ponerse a pensar!! A lo mejor me trae a la cabeza, de alguna forma, a Ender y sus insectores, aunque mucho más cariñoso este tuyo. Un abrazo.
Tremenda la imagen de ese niño sollozando, mientras su captor lo cuida y le echa pan…
Me gustó mucho, Raúl.
Saludos
La angustia infantil, se esté atrapado o no, se puede ver en una sola mirada. Felicidades Raúl, ¡Saludos!