AGO96. EL DESPEGUE, de Luisa Hurtado González
Fue un verano extraño el del 2013, en Londres hizo un calor fuera de lo normal y todos nos volvimos un poco locos, también los insectos que desde tiempo inmemorial llenaban las salas del Museo de Historia Natural.
Recuerdo que estábamos visitando la exposición de mariposas vivas que todos los años había en el jardín del Museo y que, de repente, una sombra se extendió sobre nuestras cabezas al tiempo que el aire se llenaba de un murmullo ensordecedor, algo extraño, como de millones de ángeles. Elevamos la vista y vimos cómo el Museo salía volando, dirigiéndose hacia el sur, aparentemente liviano, llevado en volandas por miles y miles de insectos resucitados y con ganas de volver a agitar sus alas, como antaño, como antes.
Hoy lo han dicho las noticias, el edificio ha sobrevolado la Península Ibérica y muy posiblemente se posará en Doñana siguiendo una ruta aún por documentar. Mientras aquí, en Londres, en el vacío dejado por el vetusto edificio, sólo pueden verse los esqueletos de aquellos dinosaurios que, quizás demasiado pesados o acaso un tanto esquivos, decidieron no emprender el viaje, decidieron no dejarse llevar.
Por imaginación no queda. Perfecto ese rapto , esa resurrección, el canto de los ángeles y ese paso por Doñana, en ruta hacia no se sabe donde. Bien quedados allí los dinosaurios, que sin alas y sin imaginación se quedaron en salva sea la parte de Londres. Suerte y abrazo.
Pues ahora que lo de Gibraltar está tan caliente buena la puedes armar con tu imaginación, Luisa, si los ingleses nos plantan su Museo de Historia Natural aquí, con lo suyos que son. Pero mientras que los dinosaurios tan pesados se queden allí y dejen de molestar, bienvenido sea. El vuelo del edificio lleno de insectos resucitados a través de la Península evoca una de esas películas o libros mágicos que alguna vez hemos visto/leído.
Saludos y suerte.
Muy loco tu relato Luisa, imagino ese edificio elevándose por ciento de alas que permanecían inermes, para recalar quien sabe donde.
Precioso. Un abrazo y suerte.
No había pensado en el momento político actual, jajaja, lo cierto es que me gusta la imagen del vuelo del edificio, un edificio precioso (dicho sea de paso) con una colección de insectos y dinosaurios que corta el hipo.
Gracias por los comentarios.
Es fantástico, Luisa. Me encanta esa imagen del museo transportado por insectos voladores.
Un abrazo.
Original y sugerente tu relato: la magia del vuelo de un viejo museo portado por los insectos voladores y (para mí el detalle más importante) esos viejos huesos que ya no desean emprender una nueva vida.
Luisa, el surrealismo mismo habla en tu relato, onírico e inquietante. Me ha encantado.
Un abrazo.
Solo una vez visité un mariposario, en Costa Rica, y puedo decir que fue uno de los lugares más hermosos que he visto jamás. Parecías estar dentro de un mundo de sueños, con tanta mariposa de todos los colores y tamaños volando a tu alrededor. Tu relato me ha recordado mucho a ese museo viviente que desearía viniese volando, como en tu cuento, y se aposentara en mi ciudad, para poder volver cuando yo quisiera. Me ha gustado mucho esa imagen.
Muy imaginativo. Que felices y libres estarán todos en Doñana. Una decisión acertada escapar de Londres.
Suerte
Que terrible es pasar a una sala de un museo y ver todos esos insectos clavados con un alfiler. No me extraña que salga volando llevado por esos ángeles.
Me ha gustado que las mariposas vivas visiten el museo 😀 Deberían dejarlas entrar de vez en cuando a todos los sitios.
Besos y mucha suerte.
Muy imaginativo y bello tu relato.Un abrazo. Gloria
Luisa tu relato me demuestra que la imaginación es algo inagotable, y me viene a confirmar que leer es un placer. Que un museo de Londres salga volando por la resucitación de los insectos que albergaba, creo que es una idea genial.
Felicidades.
Luisa, muy cinematográfica la situación; a los niños les encantaria sobre todo. Suerte y saludos
Pues según lo he terminado de leer, a mi si se me ha ocurrido la lectura política. Ojalá despeguemos uniendo todos nuestras alas y dejemos en tierra a los dinosaurios que se creyeron dueños del planeta.
Y la imagen, por supuesto, hilarante ;o)
Suerte, Luisa.
Jo, Luisa. Me has dado un susto. Empiezo a leer y veo «verano del 2013» y me digo «a ver un relato del futuro». Y de repente recapacito y me digo «coño, verano del 2013 es ahora». ¡Ay Dios, que mayor me acabas de hacer!! Y eso me recuerda que este mes de agosto no tengo vacaciones, ay, ay ay, que me da un chungo!!
Y si, me ha gustado mogollón. Yo también, según lo iba leyendo, le buscaba esa visión más social, de los pequeñitos juntándose para mejorar un poquito las cosas y dejar a los viejos dinosaurios anclados en sus viejas costumbres y con su pan se lo coman!! Un abrazo.
Un relato de corte fantástico que me ha gustado. Quizá los dinosaurios “decidieron no dejarse llevar” para que Monterroso los viera al despertar.
Saludos.
La verdad es que las posibles relecturas que dan los lectores a los mismos microrrelatos son una gozada, los hacen crecer y crecer.
Es fantántico, y vosotros lo sois, por dejar esas posibles lecturas aquí y despertarnos la imaginación (si es que la teniamos dormida)
Gracias y buen verano, del 2013, sí (lo siento)
Me parece muy onírico y será por la actualidad, pero yo también me he montado una lectura con fondo político con los insectos voladores que huyen al sur y los esqueletos de los que se quedan.
Un abrazo.
Me gustan esos insectos alados y llenos de ilusiones que nos anuncian tiempos mejores.
Felicidades.
Cómo siempre, Luisa, me sorprendes con tus relatos, esta vez no podía ser menos y me dejas aquí preguntándome si también los visitantes del museo fueron transportados con él. Menuda faena debieron hacerles, después a buscar vuelos para el regreso, porque dudo que los insectos tuvieran la deferencia de devolverles a sus lugares de procedencia.
Divertido e imaginativo relato, espero que tengas mucha suerte con él. Un abrazo admirado.
Luisa, hasta una fantasía «como de millones de ángeles» nos la haces creíblemente hermosa. Desde ahora, hasta Doñana será más espectacular.
Un relato lleno de sorpresas. Para disfrutar en este verano tan raro…
Un besoooo
Hola Luisa!!, ya he visto ese museo Británico volando por los aires con el aleteo interior de un corazón regido por miles de insectos que despiertan de su letargo…. ¡jó, qué imagen más preciosa!, casi dan ganas de pintarla pero mi tiempo de ociosidad se agota… snif!.
Creo que he desenganchado tanto de la realidad política de nuestro país que en ningún momento lo he asociado con esa idea. Para mí es un cuento fantástico de mucha belleza.
Un beso y feliz regreso!. Ah! y mucha suerte.