Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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124. AGORAFOBIA

Lo siento, dijeron, no sabe cuántas veces sucede esto, más de las que imagina. Y desaparecieron sin haberlo colocado sobre mi pecho, sin darme la opción a sentirme madre ni un solo segundo. Solo recuerdo ajetreo a mi alrededor y aquella aguja intentando remendar desgarros imposibles. No quedó superviviente tras la tragedia. Naufragué sola y me convertí en huérfana, viuda, ermitaña, en mujer deformada por un ser invisible y superviviente a la fuerza del mayor desastre de mi vida.

La agorafobia vino después, cuando las hormonas se desequilibraron del todo y me dio por proyectar la sombra de lo que pudo ser a través de la ventana del dormitorio (imagen cuya apariencia provocaba, a menudo, las más suspicaces sonrisas). A través de ella busqué la sinceridad humana, una señal capaz de arrancarme de mi maldita jaula. No la hallé. Y tampoco volví a salir del dormitorio. Lo que sí hallé, al final de mis días, fue un recorte de periódico, en el cajón superior de la cómoda familiar, que vino a definir mi esencia natural y a justificar el rechazo a la vida de mi mortinato: Las fobias, como las sonrisas, inician su desarrollo en el interior del vientre materno.

6 Responses

  1. Jesús Garabato Rodríguez

    Hola, Loli. Aunque últimamente estoy un tanto despaegado de los comentarios, no podía pasar sin darte la bienvenida a ENTC y sin decirte, también, que tu texto me ha parecido muy sugerente y atractivo, aun con lo triste y cruel del asunto del que nos cuentas. Sin medias tintas, nos muestras a una mujer a la que la «pérdida», real o ficticia, de su hijo consigue anularla por completo, ahondando en esos miedos que seguramente anidaban ya en su interior. Digo lo ficiticia porque soy de los que opina que, una vez «liberado», un relato (su interpretación, mejor dicho) «pertenece» al lector; y mi mente, tras leer tu texto, ha dado en pensar si ese mortinato (menudo palabro) pudiera ser el fruto de un aborto o de un parto malogrado; si sería un niño nacido sano, pero arrebatado para ofrecérselo a otras personas a costa de hundir en la miseria, aún más, a la pobre madre; si fue un anhelo «somatizado en su mente» hasta el punto de sentir todas esas vivencias terribles. Todo eso y más me ha hecho elubrar la lectura de tu relato. Cosa muy buena, me parece. Enhorabuena, Loli. Suerte y saludos.

    1. Loli Rega

      Hola, Jesús, muchas gracias por tu comentario y tu bienvenida. Desde luego, el autor siembra el relato y este florece con cada interpretación, estoy de acuerdo contigo, siendo válidas todas y cada una de ellas. No sabes cuánto me satisface que hayas podido ver tantas variantes, supongo que eso significa que las palabras han cumplido su objetivo primordial. Muchísimas gracias de nuevo. Un saludo afectuoso y hasta pronto.

  2. María José Viz Blanco

    ¡Bienvenida, Loli! No me paso por aquí mucho (me pasa como a Jesús Garabato), pero, al ver que has enviado tu primer relato a ENTC, no podía dejar la oportunidad de leerlo. Es profundamente triste, de temática sangrante y está muy bien narrado. Creo que vas a dar mucha buena literatura en esta página, porque eres buena escritora.
    Un abrazo.

    1. Loli Rega

      Muchas gracias, María José, por esta calurosa bienvenida, por tus palabras y por tu confianza. Desde luego, y aunque suene a tópico, intentaré no defraudar. Espero poder disfrutar también de tus relatos. ¡Un abrazo fuerte!

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