51. Ajustes
Hace cuatro años, Himawari dejó el paquete de dorayakis en el suelo para ajustarse su haori, y pidió a las demás que hicieran lo propio con los suyos, dignidad siempre, antes de entrar a entregarse por los pequeños hurtos que acababan de cometer. Misae, con la esperanza de no tener que preocuparse por las facturas en doce maravillosos meses, se había decantado por cinco sobres de furikake. Una botella de desinfectante fue la elección de Keiko para garantizarse durante un año tres comidas saludables y equilibradas al día. Daiki, que tras enviudar y ser desahuciada necesitaba algo más estable, se adueñó de una botellita de un sake de marca, y amenazó, palillos en ristre, al dependiente del supermercado que miraba atónito cómo abandonaban el establecimiento sin pagar. Hoy, todavía en prisión gracias a esa digna apariencia de banda organizada, se reunirán en el patio, discretamente, para recordarlo. Y emocionadas, se ajustarán, como entonces el haori, las chaquetas de ese uniforme carcelario que aún disfrutarán durante bastante tiempo.


Muy interesante esta original distopia oriental sobre un mundo en que la gente prefiere que lo mantenga en prisión andar por ahí ganándose el sustento. Un saludo, Paloma.
Gracias, Antonio, al parecer, algunos ancianos encuentran solución a sus problemas así, delinquiendo para que sea el sistema el que les socorra ante su falta de recursos. Era una cosa de hombres, pero ya no solo…
Un abrazo al comentarista
No fue casualidad que estas mujeres niponas robasen, necesitaban el amparo del Estado para tener alojamiento y manutención, al menos durante un tiempo. El que fuesen, en apariencia, una banda organizada, seguro que fue un agravante, algo que conocían de antemano en una sociedad con todo muy medido, pero puede que no tan perfecta cuando existen ciudadanos que han de buscar estos «ajustes» y triquiñuelas para sobrevivir a sus estrecheces.
Algunos nombres de los personajes me han recordado los de series de dibujos animados que veía con mis hijos hace años: Doraemon y Shin Chan.
Original propuesta, Paloma
Un abrazo y suerte
Cuánto tiempo sin leerte, Ángel, básicamente porque llevo mucho sin participar, y qué bien sigue sentando hacerlo. Los nombres, chico listo, están escogidos de esas series con las que yo también he pasado buenos ratos con mis hijos, hace cuatro días como quien dice.
Un abrazo agradecido.