88. AL RITMO DEL UNIVERSO
He pasado el invierno esperando que se desencadenara una buena tempestad y … ¡mira que ha llovido este invierno! pero nada de fundamento; todo eran lloviznas, calabobos, chirimiris y otras morondangas.
Sin embargo eso no era suficiente para mi propósito; lo que yo necesitaba era una tormenta de esas que hacen temblar la tierra e iluminan el cielo nocturno con venas incandescentes. Una tormenta de las que sobrecogen a los hombres de buena voluntad y acojonan a los de mala.
Hoy, por fin, he podido contemplar como se avecinaba la tormenta perfecta.
Así que aprovechando la mascletá del universo he salido sigilosa de mi habitación y me he dirigido a la tuya y… de este modo, sin dejarte emitir una sola palabra me he metido en tu cama.
Todo ha salido como lo había soñado y por fin hemos podido amarnos arrullados por la ira del universo y por los confiados ronquidos que desde su habitación emitían tus padres.
Jajaja, Marga, me encanta tu relato de tormentosos amores.
Felicidades.
txirimiris y orbayus, que gracioso!! A ver cuando llega una de esas y se acaba la seguiaaaaaaaaaaaaa!!!!!
Muy bueno, con su puntito erótico-festivo!!!
Abrazo.
Marga, muy original y divertido. Espero que la primavera venga con muchas tormentas, jajaja. Abrazos.
La tormenta perfecta y el momento perfecto, jaja. Me ha gustado, sobre todo el párrafo final. Un abrazo
Sonrisas y juegos amorosos entre tanta tormenta, apetecen, ¡claro que sí!
Saludos, Marga
Me ha gustado mucho ese doble sentido que le das a las palabras… «mascletá del universo», «venas incandescentes»…. Muy buenas. Mucha suerte.