111. ALGO QUE SE ATRAGANTA
Te quedas unos segundos contemplando la cadavérica postura del recién ejecutado. Olvidas de golpe todos los poemas que conocías, los ríos y mares que te había enseñado y hasta la tabla de multiplicar. Sabes, además, de algunas palabras que jamás volverás a pronunciar, y regresas junto al resto del pelotón con esa mirada tartamuda que te va a acompañar ya para siempre. Te guardas una bala para cuando acabe esta guerra.
Fran, lo has vuelto a hacer: te has guardado la bala para el final y me ha impactado.
Un gran microrrelato que posee contención y detalles que se expanden al final.
Me encantó. ¡Enhorabuena!
Abrazos, amigo.
Fusilar a alguien te hace olvidar todo lo que sabías (si acaso) y te devuelve a la barbarie, a cuando no había palabras. Excelente.
Un saludo
JM
Un relato, preciso, duro y precioso.
Felicidades.
Me encanta sobre todo el principio.
Fran, precioso relato. Muy bien por esa bala que te guardas en el bolsillo.
Saludos
¡Y menos mal que así se siente el soldado del pelotón!
¿Cuánto tiempo permanecerá esa bala en su bolsillo?
Me voy a arriesgar: creo que el ejecutado había sido su maestro y que él no le disparó esa bala que guarda. Tanto si he acertado como si no, me ha encantado.
Muy duro, preciso y precioso.
Fran, has creado muy bien un circulo de sentimientos que unen al personaje vivo y al ejecutado para siempre. Suerte y saludos
Bien relatado, la mirada tartamuda es una buena expresión.
La historia tan dura como bien contada.
Enhorabuena, Fran!
Una idea interesante muy bien llevada. Un sentimiento universal tensado en una historia efectiva y de estilo impecable.
Cuantas ejecuciones a amigos, maestros, vecinos… Se deben vivir en las absurdas guerras. Tu relato lo refleja de una manera estupenda. Esa bala da que pensar.
Un abrazo Fran
Esa última bala le da mucho peso a un relato ya bueno de por sí. Mucha suerte 🙂
Fran qué bueno joder, acabo de leerlo y merecida la mención me ha encantado.
Abrazos