62. Alivio (Patxi Hinojosa)
Hoy he vuelto a fracasar, me doy por vencido. Dicen que no se puede ganar siempre; matizaría que hacerlo, aunque fuera una sola vez, no estaría de más.
Estoy cansado, necesito un café cargado antes de regresar a casa solo. La cafetería tiene buena pinta. Entro. Me dirijo a una mesa libre que incluye prensa. Mientras espero al camarero, echo una ojeada al mostrador y en ese instante se me para el corazón. Consigo reiniciarlo tosiendo con violencia y me concentro en la escena. Estás ahí, en esa concurrida barra, con la mirada perdida de costado. Veo tu cara en blanco y negro en contraste con tu figura, enfundada en ese disfraz multicolor. Eres tú, un par de decepciones mayor, y unas lágrimas que creía extinguidas aparecen por mi rostro yendo a mojar el periódico. Lo cojo y me parapeto detrás de él esperanzado; al contemplarte me sumerjo en tu tristeza, que siempre será la mía, porque hacer reír nunca garantizó felicidad, ¿no es cierto?
Entonces suspiro hondo, aliviado al fin, pues tu mirada carece ahora de aquella carga de soberbia con que te dirigiste a nosotros cuando juraste desaparecer para siempre y no seguir jamás mi vocación de payaso.
Eres bueno Patxi. Muy bueno. Asensio
Muchas gracias, querido Txentxo. Ya sé que tú me lees siempre con todo el cariño. Un fuerte abrazo.
¡Qué bonito, Patxi!
Muy bien hilado. Enhorabuena.
Muchas gracias, amigo; no sabes cómo agradezco tu visita y comentario… Un abrazo.
Este micro me resulta triste por partida doble: alguien ve en el otro en fracaso, alguien que se esconde, que es cobarde.
Muy muy triste. Y si conmueve… el micro es bueno
Muchas gracias, amiga Luisa, por tu tiempo para pasarte a leer mi humilde aportación y por tu bello comentario.
Un abrazo.
Tu micro nos habla de los contrasentidos de la vida, de la huida ciega que te regresa de nuevo al lugar del que te has ido, de la tristeza y, en suma, de los contrastes que nos conforman. Hay una tristeza latente sí, la tristeza del reconocimiento, pero es una tristeza que aporta esperanza, porque solo reconociéndose es posible avanzar.
Un texto que encierra mucho en pocas palabras y, cuyo mensaje principal, está en lo que no dice.
A mí tu texto me ha llegado al alma, amigo Patxi. Te felicito.
Un gran abrazo.
Muchísimas gracias, querida amiga, por tan hermoso comentario que, no lo dudes, también me ha llegado al alma; no creía que mi texto pudiera hacer sentir a alguien todo eso que enumeras y llegar a tocar la fibra sensible en la medida en que lo expresas. Te estoy muy agradecido por confiármelo.
Un fuerte abrazo.
«un par de decepciones mayor». Me ha encantado esta expresión.
Sí, un alivio para el progenitor viendo a su vástago seguirle los pasos. Aunque no sé yo si el vástago estará tan feliz sabiéndose rendido y esclavo de ser quien es: un manojo de genes, al fin y al cabo, que deciden por él.
¡Oh, qué comentario tan estimulante, amiga Edita, te lo agradezco de corazón!
Muchas gracias por pasar a leer mi modesta aportación, por compartir tu opinión sobre esa expresión que mencionas (en verdad, me quedé muy satisfecho al incluirla en el texto), y por captar a la perfección el sentido de lo que he intentado expresar, créeme que todo ello me reconforta sobremanera y me anima a seguir juntando palabras.
Un abrazo.
Patxi, tu cuento es tan real como la vida misma. La realidad sale a nuestro encuentro. Suerte y saludos
Muchas gracias, amigo Calamanda, por tu tiempo para pasar a leer este texto y dedicarle unas palabras a modo de comentario. Gracias también por el deseo.
Un abrazo.