68. Allègro (Mª Asunción Buendía)
Como cada noche a punto de comenzar llaman a su puerta. Pegado a la pared, queriéndose fundir con ella, tiembla. Le ocurre siempre antes de cada función. Minutos después llaman de nuevo, ahora ya con insistencia. Durante una milésima de segundo observa su cara en el espejo. Rostro de niño, ¿Soy yo? Cierra los ojos, se separa ágilmente, asiendo la barra que instalaron a instancia suya en el camerino, único capricho de un genio que no sabe que lo es. Respira hondo e improvisa un arabesque. Bien definido, piensa. Se quiere perfecto, pero duda. Vuelve a respirar y sonríe. Repasa su pelo, se ajusta las zapatillas. Un brisé de volé, brisa voladora que recuerda a sus profesores, humilde les pide mentalmente perdón por sus errores.
Ya está listo.
Sale del camerino y es llevado como en volandas por sus compañeras, que corretean en balancé a su lado.
Un atronador sonido se apodera del teatro, la ovación parece no tener fin, hasta que deja paso a suaves acordes de flauta. Un solo foco enciende la soledad de la pequeña figura que reina en el escenario y un solo pensamiento se adueña de todos los presentes.
Inmenso.
Nos internas con maestría en ese momento de introspección y soledad (real o no)donde parecen unirse los nervios que todo artista experimenta con el ansia de salir de una vez y encontrase con su público expectante, y ante el que lo pequeño puede convertirse en grande, en inmenso. Consigues que nos figuremos en ese camerino y luego en ese escenario. Enhorabuena. Suerte y un saludo, Asunción.
Hola Jesús, creo que así deben ser los momentos previos a la salida a escena de un artista, igual que creo que cuánto más arte atesoran más pequeños y humildes de sienten.
Gracias por tu lectura y por tu comentario.
Un abrazo
Hola, Asun, original tu propuesta, la de un bailarín y sus miedos antes de salir a escena. Muy buena narrativa, me ha gustado mucho, te felicito.
Un beso enorme… que espero darte pronto en persona.
Hola Rosy, gracias y me alegro de que te haya gustado.
Me encantaría darte ese abrazo en persona pero esta vez en León no va a poder ser. Al final tengo asuntos familiares en Madrid.
Pero ya sabes que te quiero un montón y en otra ocasión nos reiremos juntas.
Un beso grande
Mª Asunción, nos trasportas a ese escenario y a las sensaciones del artista con fluidez. Suerte y saludos
Hola Calamanda, eso he querido plasmar, la soledad del artista justo antes de enfrentarse a su salida a un escenario, en este caso se trata de un bailarín, pero puede extrapolarse a la soledad del pintor delante del lienzo o a la del escritor frente a su hoja en blanco.
Un abrazo