118. ALMA EN PENA (Beto Monte Ros)
Inés fue la tercera de sus nueve hermanas. Era muy joven cuando se fue a vivir con un camionero; quien apenas tuvo tiempo para embarazarla, antes de irse para la frontera, a recoger y dejar sus cargas.
Su estado y la soledad la obligaron a volver con sus padres donde, para distraerse, comenzó a cuidar el jardín. Una tarde, la tierra se tornó roja y presintió que algo malo le había pasado al padre de su hijo, quiso ir tras sus pasos; pero los ruegos familiares y su preñez lograron disuadirla de no hacerlo. Pasados tres días, empezó a ser consumida por la fiebre y nada de lo que hicieron pudo salvarla. Al sepultarla, la cubrieron con una lápida que advertía: “alérgica a las flores”, creyendo que éstas habían hecho que enfermara.
Los cuidadores del cementerio la llaman la difunta de la tumba triste y dicen que algunas noches sale para amamantar al niño o la ven en la carretera que lleva a Haití, atraída por el influjo de algún rito vudú, siguiendo el rastro que la lleve hasta el marido. Probablemente lo busca para decirle que se ha mudado y lo espera, en su nueva casa
Una mujer marcada por un infortunio sin matices, que ni siquiera en el cementerio puede tener el reposo que merecería, como tampoco unas flores que la consuelen. Con tales mimbres sólo puede ser un alma en pena.
Suerte y un saludo, Beto.
Beto, el relato me ha gustado mucho. El uso de los signos de puntuación me ha llamado la atención; ¿los ha puesto así a propósito? Saludos.
Misteriosa e intrigante historia, que invita a meditar sobre los inquietantes ritos del «Vudú»
Saludos desde allende de los mares, Beto.
He tenido que volver al título para cerrar el relato. Tanta desgracia en vida me daba pena, en muerte ni siquiera flores…no me extraña que esa alma no encuentre alegría.
Beto, muy buen relato, me ha gustado. Pobre chica y pobre alma en pena. Eso del vudú da mal augurio…
Un abrazo
A veces, la vida, las personas y las circunstancias no te dan opción y te hacen seguir un camino, en tu relato a tu protagonista incluso una vez muerta. Tristemente, padecía alergia a la vida. Muy bueno, Beto. abrazos.
Ángel, María, María Jesús ,Reve Llyn, Blanca y Salvador. Gracias por sus comentarios a este relato que escribí casi a la carrera (de prisa) por no dejar de participar este mes. Es una historia basada en un hecho real, pero que yo he tergiversado un poco. Son ustedes muy amables.
Saludos.
En la vida y en la muerte su alma siempre quedó suspendida en la pena. Buena historia, parece que real y ello aún la llena más de tristeza.
Genial Beto, suerte. Abrazos.
Vaya relato! me atrapó su lectura y ese final sobrenatural.
Un abrazo y suerte.