24. AMANTIS (Belén Mateos)
Albertina cada noche corría las cortinas de su habitación, abría la ventana y suspiraba viendo las estrellas.
Su oración musitaba en la gravedad, en un punto fijo al techo, en la fusión del helio e hidrógeno en su núcleo.
Alfonso cerraba la ventana, corría las cortinas, ignoraba la noche y se servía su cuarta copa de bourbon.
Se conocieron en una noche de luna llena entre copas y un universo sin constelaciones, entre una conversación con sabor etílico y a fresas. Él, de barba canosa, ella de escote pronunciado desde la inocencia.
El espectro de su cuerpo era luminosidad para Albertina.
Se tomó la temperatura, era perfecta, un numero redondo, 98, él 35 grados.
Lo llamó a las cuatro de la mañana, Alfonso corrió a su encuentro ebrio de ansiedad.
Sin mediar palabra ella acarició su frente, humedeció sus labios, apresó su miembro, lo inmovilizó con su lengua y aferró sus piernas durante el apeamiento.
Hoy la habitación huele a feromonas, el cielo está nublado de astros, un festín de patas y alas salpican el cristal de su ventana.
Pone sus huevos en la nevera y un imán le recuerda que ya casi es primavera.
Has creado a unos amantes entregados, con costumbres parecidas a las de unos conocidos insectos, unidos en una historia bajo un título que amalgama ambas realidades, en un despliegue brillante y atrevido de prosa poética y sensualidad, lo que no quita para que temamos por el destino final de Alfonso. Los huevos en la nevera son el colofón a esa ambigüedad y fusión entre las dos especies.
Un abrazo y suerte, Belén.
Muchas gracias por tan certeras y generosas palabras siempre Ángel.
La vida animal se manifiesta en los más intimos momentos.
Un abrazo grande.
Joder con Albertina, pues no estoy yo seguro de querer estar en el lugar de Alfonso, aunque claro, todo depende de los bourbon que te tomes. Suerte Belén,
Ainsssss… Nunca Alfonso, siempre Manuel, jajajaja…
Dos copitas en el próximo encuentro.
Muchas gracias.
Abrazosss
Es una mezcla rara este micro de madurez, violencia, prisa, alcohol,…
Y esos huevos en la nevera, que me matan.
Estrelledos?
Muchas gracias.
Como desees los pido para las dos.
besosss querida Luisa.
Genial título para un relato que se mueve entre lo fantástico y lo poético, pero que sugiere más de una lectura. Inquietante e hipnótica esta relación entre dos seres tan distintos. Enhorabuena, Belén, y mucha suerte con él. Un abrazo.
Perdón, ¿estrellados?
Inquietante final el de este micro que no intuye nada bueno para Alfonso. Aunque lo has narrado de una manera tan poética y ambigua que resulta una mezcla extraña. Un abrazo